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La discriminación racial a lo largo y ancho de Estados Unidos, todavía se sigue manifestando. Quizás ya no esté tan bien vista hacerlo a viva voz, porque automáticamente es repudiada, pero que se sigue practicando quedan pocas dudas de eso. Blake Griffin es hijo de un matrimonio mestizo y a partir de ahí, tuvo que soportar todo tipo de comentarios cuando niño.

“Nosotros (mi hermano y yo) recordamos estas cosas, ahora más de grandes, pero cuando éramos niños de seis o nueve años, no nos dábamos cuenta que recibíamos comentarios con un trasfondo racial o algo así, pero en realidad era descaradamente racismo puro”, comentó Grifffin a Graham Bensinger en una entrevista.

Aquello de ser un niño de color blanco, más bien con muchas pecas y con color rojizo en el cabello, contrastaba con su padre de piel oscura y la gente no tenía reparos en hacerle todo tipos de comentarios desubicados, sin importarle que sean niños. Una vez en una gasolinera le pasó lo peor y lo más surrealista a la vez con respecto al tema de la discriminación.

“Recuerdo que una vez un empleado de la estación de servicio nos preguntó a mi hermano y a mí si estábamos bien. Nos dijo ‘¿están bien muchachos?’ Y dijimos ‘sí’ y él respondió ‘¿dónde está su papá?’ a lo que señalamos que estaba ahí nomás, cerquita nuestro. El tipo quedó mirando incrédulo y en ese momento no tuve reparos en esa reacción extraña, pero no te das cuenta hasta que sos mayor y la realidad que en aquella historia, el empleado pensó que estábamos secuestrados”, recordó el ex Clippers.

Una historia de las tantas que se mueven en la discriminación racial, un problema de nunca acabar. A pesar de que la gente intenta deconstruirse a cosas que no van más, siempre habrá una mente retrograda que pensará como si viviera en siglos pasados. Por eso que el futuro será lo que defina el fin de una situación que aún avergüenza al mundo, pero no obstante se sigue practicando, ojalá sean las últimas veces.