Historias

Mauro Mierez y los poderes mágicos de Manu Ginóbili

10:07 26/09/2021 | Jugaba en Bahiense del Norte, se preparaba para el Provincial, estaba entrenando solo en el club hasta que algo sucedió.

Mauro Mierez y su historia con Manu que jamás olvidará

En Bahía Blanca ver a Manu Ginóbili es quizás algo más natural que en cualquier otro lado de la Argentina por lo menos. No obstante su presencia no pasa desapercibida en ningún lado y aunque en Bahiense del Norte se maneja como en su casa, Mauro Mierez tiene una historia linda para contar por el resto de sus días y la misma se trata de cuando se preparó para un torneo haciendo sesión de lanzamientos con la mismísima leyenda de San Antonio Spurs.

El invierno frío abrazaba a las mañanas en Bahía Blanca, la NBA estaba de receso habiendo conocido en ese entonces la gran sorpresa de los Mavericks de Nowitzki superando al Big Three de Miami en las finales del 2011. Por su parte San Antonio sufrió una dura derrota ante Memphis en primera ronda por 4-2 y por consiguiente Manu llevaba bastante días de vacaciones y en su estadía por su ciudad natal, para moverse un poco, unas mañanas decidió hacer sesiones de pesas y de tiro en Bahiense, todo en un marco de tranquilidad absoluta como solo su gente y su club se lo pueden dar.

La naranja pica y pica en la Capital del Básquet y siempre hay alguien jugando o entrenando y en este caso había un juvenil deseoso de progresar y con sueños de campeón. La historia cuenta que Mauro Mierez, un jugador formado en Bahiense, estaba preparándose para sus dos objetivos inmediatos, ganar el Provincial con su ciudad y estar a la altura de Monte Hermoso para la venidera temporada en el TNA.

Todo venía normal para Mierez, sesión de complemento de pesas en el gimnasio que está al lado del club y luego sesión de tiros. No obstante, muy poquito antes del certamen provincial, ocurrió algo inesperado para él y su credulidad.

“Estaba yendo a tirar a la mañana, preparándome para el Provincial de juveniles en Mar del Plata, quería llegar bien y además estaba por cerrar en Monte Hermoso, entonces el entrenamiento era por partida doble para el torneo y para estar óptimo antes de la pretemporada con Monte. De repente una mañana a eso de las nueve cae Manu y hace su rutina de pesas y yo la mía”, comentó Mierez.

“Después de hacer mis ejercicios en el gimnasio me fui al club a tirar como lo venía haciendo y no va que al ratito entre Manu y me pregunta si podía tirar conmigo. Imagínate lo que fue para mí, tiré con una nervios que lo único que trataba de hacer era apuntar a tocar el aro”, agregó entre risas por esa frase final.

La rutina era algo simple una vuelta de dos y otra de triples desde las cinco posesiones en los dos canastos y lo que para Mauro era toda una novedad y nervios para Manu era un día más en la oficina obviamente: “No erraba una como era lógico y lo hacíamos seriamente, aunque algunas cosas me preguntó como cuánto hacía que jugaba en Bahiense y otras cuestiones de esa índole”.

La historia de Mierez con Ginóbili es algo para recordar y guardar para siempre; y además al parecer todo lo que toca Manu lo convierte en algo positivo, dado que a los pocos días de esos encuentros, Bahía Blanca fue campeón del Provincial de Juveniles y el compañero de tiro de Manu no anduvo para nada mal cuenta la leyenda.

“En ese torneo me fue re bien. No soy de hacer muchos puntos, soy más bien un base de organizar y en ese campeonato se dio que en el seleccionado de Bahía había varios armadores y me corrieron de dos en el primer partido y metí como 34 puntos y así me fue en todos los partidos, anduve como con más de veinte en promedio por partido”, recordó.

 

 

En la Capital del básquet se respira ese deporte, se vive y se apasiona por el mismo, por eso cuando está Manu en la ciudad siempre se sabe algo de él y entonces contó Mierez, aún sin poder descifrar quién fue: “Los periodistas cuando terminó el torneo, habiendo salido campeones y yo goleador decían ‘está muy bien porque a la mañana va a entrenar con Manu en Bahiense del Norte’. Nunca supe cómo se enteraron los periodistas porque los únicos que sabíamos éramos Manu, yo y el colorado Navallo que era el técnico de Bahiense y ninguno dijo nada, así que es un enigma como se enteraron”.

Creer o reventar, así como la pelota mágica le quitó los poderes a los jugadores de la NBA en Space Jam, acá el mismo balón que compartieron Mierez y Manu, le dio al joven base la dosis justa para ser un jugador determinante, goleador y figura de un título de Bahía Blanca.

El recuerdo estadístico quedará en los libros de la asociación bahiense de básquet y en el apartado del MVP estará el asterisco al lado del nombre Mauro Mierez, “el chico que entrenaba con Manu” y cuando lo recuerde será el orgullo con el cual podrá presumir según pasen los años y como toda leyenda se irá agrandando cada vez más.

Bahía Blanca, la ciudad del Manu y de las ilusiones con tinte color naranja.  

 

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

En Twitter: @osoresmauro

Compartir