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El segundo triplete de Michael Jordan se produjo después de su regreso de una pausa de 18 meses. Si bien hizo que pareciera fácil, es un hecho que incluso el mejor de la historia tuvo problemas al volver a la forma máxima. Según Steve Kerr, Jordan sus dificultades se dieron con un aspecto importante de su juego.

Jordan regresó a Chicago Bulls una vez más al final de la temporada 1994-95 de la NBA. Los medios tenían curiosidad por saber cómo estaba MJ después de más de un año fuera de la cancha. Kerr, el especialista en triples de los Bulls, vio de inmediato que algo andaba mal con el tiro de Jordan, un elemento que había conquistado durante su mejor momento. Sin embargo, el resto de su paquete ofensivo estaba prácticamente intacto.

"Lo único que se veía diferente era su tiro en suspensión, que no entraba con regularidad", recordaba Kerr. "En cuanto a sus movimientos,  solo se puede observarlos. Hacía muchos de esos movimientos usuales suyos en la práctica y nos dejó boquiabiertos desde el comienzo" dijo a Sports Illustrated el actual entrenador de los Warriors.

Phil Jackson también compartió la misma observación. Al igual que Kerr, vio que, si bien Jordan estaba en su mejor forma en términos de atletismo, su tiro en suspensión no era tan preciso como antes. Jordan trabajó en diferentes movimientos  por el béisbol. Necesitaba tiempo para que su cuerpo volviera a estar en forma. Quizás esta fue la razón principal por la que Jordan y los Bulls tuvieron problemas en los playoffs contra Orlando Magic. Aún así, cuando la temporada 1995/95 comenzó, el Mike de siempre dominó como se esperaba, y volvió a conquistar la liga.