NBA

El péndulo de la Big Apple: altos y bajos de los Nets en 10 años

08:51 27/11/2022 | Desde que la franquicia se fue de Nueva Jersey a Brooklyn, hicieron ruido mil veces, pero más por sus fracasos que por sus éxitos.

Irving, Durant, Marks y Nash (Fotomontaje Clutchpoints)

Los que han tenido la oportunidad de paladear el hecho de jugar algún deporte en Nueva York, suelen ser unánimes en el diagnóstico: no existe ninguna ciudad en el mundo donde la presión sea tan alta y la demanda tan exigente como en la Gran Manzana. Sí, ya sabemos, usted dirá que jugar en el Real Madrid al fútbol, o en el Panathinaikos/Olímpiacos a cualquier cosa es peor. O en Boca o River, quizá. El tema es que Nueva York es la capital del mundo, y es la ciudad más importante del imperio más grande vigente. 

Será quizá por eso, o seguramente por eso, que ganar en Nueva York es tan difícil. Nosotros nos enfocaremos en los Knicks y, sobre todo, en los Nets, pero la realidad es que todos lo sufren. Y es que se ganaron el derecho los ciudadanos a creer que eran casi invencibles. Son la ciudad con más títulos deportivos en el país (55), muy por encima del segundo, Boston (34). Pero esa habitualidad era antes, no ahora.

Hagamos un corto recorrido por los últimos 30 años: en la NFL hace 10 años que los Giants no ganan el título y solo lo consiguieron 2 veces en 30 años (2008 y 2012). En béisbol, los Yankees son a los que mejor le fue, pero no se crea que tanto: el último fue en el 2009. Antes, 3 seguidos de 1998 a 2000 y 1996. En hockey, los Rangers ganaron 1 solo título en 30 años, en 1994 (al mismo tiempo que los Knicks perdían la final contra Houston). Paradójicamente, el fútbol, en la MLS, es el que le dio la última alegría, ya que el New York City FC ganó el campeonato en el 2021. Ah, la NBA cero de cero. Nada desde 1973. A punto de cumplirse 50 años. Solo dos finales desde entonces: 1994 (3-4 vs Houston) y 1999 (1-4 vs los Spurs). 

Igualmente, los Knicks siguen siendo una franquicia top, la segunda más valiosa de la NBA (6.100 millones de dólares), solo debajo de los Warriors (7.000 millones). Ellos serán otro informe pronto. Hoy nos iremos a analizar a los Nets, el equipo que en el 2012 decidió mudarse desde New Jersey a Brooklyn, para poner otra franquicia en el estado de Nueva York.

El equipo había sido adquirido en porcentaje mayoritario 3 años antes por el magnate ruso Mikhail Prokhorov, que se unía al reconocido rapero Jay Z, que tenía una porción minoritaria desde el 2003. El ruso le puso mucho dinero al proyecto. Cuando compró, los Nets eran el 27º en salarios de toda la NBA, subieron al 23º puesto en la 2010/11, al 17º en la 2011/12, al 2º en la 2012/13 y al 1º en la 2013/14.

En el proceso de llegada a Brooklyn, generaron el mayor ruido el 12 de julio del 2013, cuando ficharon desde Boston a Paul Pierce, Jason Terry y Kevin Garnett por Keith Bogans, MarShon Brooks, Kris Humphries, Kris Joseph y Gerald Wallace. Jay Z decidió irse de la franquicia y el resultado es sabido por todos: Garnett y Pierce estaban muy veteranos y apenas llegaron a la segunda ronda de playoffs, siendo eliminados 4-1 por Miami. 

El experimento Prokhorov duró hasta el 2017, tras dos años sin entrar en playoffs y con récords horrendos (21-61 y 20-62), cuando le vendió la franquicia a su actual dueño, el taiwanés Joe Tsai, creador de Alibaba, la compañía de venta online más grande del planeta en ese momento (vendía más que Ebay y Amazon juntos). Tsai compró primero el 49% y en el 2019 sumó otro poco para quedarse con el paquete mayoritario y también compró el Barclays Arena. Pero los fracasos siguieron. 

Tsai le dio mucho apoyo a Sean Marks, el general manager contratado por Prokhorov, y el neocelandés, tras su paso por los Spurs en la parte ejecutiva, intentó reconstruir a la franquicia, con el coach Kenny Atkinson a la cabeza. El proyecto, después de esos malos dos años, parecía empezar a funcionar, incluso con Pablo Prigioni en el staff técnico en la 2018/19. Volvieron a los playoffs, aunque perdieron en primera ronda. Entonces llegó la tentación, y en receso, se quedaron con dos megaestrellas: Kevin Durant y Kyrie Irving. KD no jugaría ese primer año especial, el de la burbuja, por su rotura del Aquiles, pero podría decirse que en el momento del volantazo empezaron a construir un nuevo fracaso. 

Durant e Irving provocaron la salida de Atkinson, Jacque Vaughn asumió el final de la temporada (out 0-4 en primera ronda contra Toronto), en la 2020/21 se convocó al novato en el cargo Steve Nash y, ya con KD jugando, se completó el combo con el fichaje de James Harden. Fue el mejor momento de la nueva era. Pese a la lesión de Harden, estuvieron a 5cm de llegar a la final de la NBA contra Phoenix, porque en el séptimo juego de finales del Este contra Milwaukee, con la serie 3-3 y el partido 109-107 para Milwaukee, Durant clavó un doble larguísimo, con la punta de su zapatilla pisando la línea de 3. De no haberlo hecho, hubiesen ganado el juego y la serie porque faltaba un segundo. Pero en el TS ganó Milwaukee, y se empezó a escribir otra historia. 

La 2021/22 no pudo ser peor. Entre la negativa de Irving a vacunarse, la salida de Harden cansado de las estupideces de Kyrie, las lesiones y demás, se encontraron con unos Celtics en primera ronda que los arrasaron 4-0. Esta campaña no pinta mejor. Empezó pésimo. Con Durant pidiendo el trade, con los Nets buscándole un equipo a Irving, con KD pidiendo la salida de Nash y Marks y finalmente quedándose, y con el canadiense yéndose, pero mucho después. Una mala película protagonizada por uno de los mejores 10 jugadores de la historia (KD), que evidentemente no tiene el mismo talento en la cancha que fuera de ella, donde cada vez que abre la boca retrocede varios puntos. 

Pese a todo, si Vaughn (sí, el mismo que fue bombero en la 2019/20 volvió a serlo ahora), logra controlar algo los egos y, sobre todo, si los compañeros siguen creyendo en seguir a Durant, pese al maltrato verbal público que Kevin ha tenido hacia ellos, hasta pueden tener alguna chance. No parece que sean altas, pero con tanto talento junto, a veces ocurren milagros. Lo que seguro no va a pasar es que este equipo se extienda en el tiempo, por lo que la última oportunidad de ganar el anillo es este. Después, es New York, y en la ciudad que nunca duerme, todo es posible. 

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