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Facundo Campazzo y la teoría del absurdo

16:00 18/12/2021 | Decían que no podía, que no estaba en el mismo nivel de siempre y que su final pronto llegaría. Silenció a todos, nadie más tiene dudas.

Campazzo sigue dominando (Foto: Mariano Gómez)

¿Todavía hay alguien que duda de Facundo Campazzo?

¿Alguien ahí?

¿En serio?

La teoría del absurdo, la distancia entre la búsqueda de un sentido y la indiferencia del universo ante esa cuestión.

La búsqueda de un significado a algo que, simplemente, no lo tiene.

Llegar a un lugar pocas veces conquistado, un mundo aparte en el que no muchos habían tenido la osadía de pelear. Despacio, sin apuro, pero moviéndolo todo en el intento.

Facundo Campazzo no tiene explicación, para nada. Albert Camus, con él, también haría una excepción.

Su arranque en esta campaña fue lento, le costó mucho. Playoffs, Juegos Olímpicos, pretemporada… Todo fue una ola que embistió contra su siempre característico y divertido perfil.

Parecía que se iba. Quedó fuera de la rotación. Nada podía cambiar lo que pasaba. Nadie. Ni siquiera el universo o esa maldita indiferencia que es una suerte de mano invisible de su propio mercado.

El día, señoras y señores, llegó hace mucho. El futuro, en consecuencia, también.

Primero fueron destellos. Un triple, una buena defensa, una penetración o un tanto debajo del aro. La montaña se trepó poco a poco y su nivel se incrementó paulatinamente.

Se ganó la confianza de su entrenador de nuevo, le dieron medallas por su esfuerzo, cambió partidos y silenció aquellos cantos de sirenas que deseaban perjudicarlo.

El +/- negativo, los bajos porcentajes, las faltas, las puteadas, las recriminaciones, todo quedó atrás.

Volvete a España pedían algunos, no va a seguir en la NBA gritaban otros.

Hizo caso omiso.

Ahí va, jugando como nunca antes en la liga y buscando su segundo contrato, ese que será un premio al esfuerzo de estos dos años.

Fortaleza mental, ganarle al destino y plantarse de frente ante los presagios. Desafíar lo impuesto, romper el paradigma y derribar sus propios supuestos.

Facundo Campazzo y la teoría del absurdo, aún cuando está oscuro, en el exacto momento en el que le dicen que no puede hacer algo.

Sigan diciéndole que no. Critiquen, por favor.   

 

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