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Nombrar a Patrick Ewing es hablar de los Knicks directamente, porque se corresponden uno a otro. El pivote jamaiquino fue y es una leyenda en el Madison Square Garden y a pesar de no haber podido con Michael Jordan, su legado fue más allá de los títulos y será por siempre un Knickbocker.

Eso sí, hubo un momento donde no podía obtener el ansiado título y el equipo de la Gran Manzana era superado una y otra vez por Jordan y sus Bulls, por lo que las críticas hacia su jugador franquicia iban en aumento, al punto de pensar que su ciclo estaba terminado.

“Estuve en Nueva York durante quince años y siempre escuché la misma charla ‘bueno, los Knicks estarían mejor sin él’ o ‘necesitan seguir adelante sin él’. Entonces, durante 15 años, continué escuchando lo mismo y en un momento me hice mayor. Así que cansando de la misma canción dije ‘sabes qué, me voy de este barco’”, relató Pat.

Ese me voy de aquí fueron dos temporadas sin mucho para agregar en su carrera. Su salida a Seattle no fue lo que esperaba y ni siquiera alcanzó los playoffs en aquel equipo en el que fue compañero de Rubén Wolkowyski y llegó para causar un impacto tras la salida de Shawn Kemp. La última temporada le deparó un nuevo rumbo y ese fue a Orlando, el en conjunto dirigido por su ex compañero Doc Rivers y donde jugaría con Grant Hill y Tracy McGrady como principales figuras. Con el Magic alcanzó la postemporada, pero no avanzó más allá de la primera ronda y durante la fase regular su aporte fue casi testimonial con 6.0 puntos y 4.0 rebotes en 13.0 minutos por encuentro.

Salir de los Knicks es quitarse presión, pero Ewing al haber crecido allí como profesional los rumores del Madison era lo que lo alimentaba y prácticamente cuando se fue perdió todos sus poderes, casi como le pasó en la ficción cuando actuó en la película Space Jam.

“En retrospectiva, eso es algo que no debería haber hecho. Debería haber terminado mi carrera allí en Nueva York. Pero es lo que es.", sentenció un nostálgico Pat, quien ahora se desempeña como head coach en la Universidad de Georgetown, donde jugó en su años de NCAA.