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Zion Williamson como todo prospecto de los buenos en los Estados Unidos, apenas llegó al baloncesto universitario imantó a todos. Su poderío físico, su explosión, su capacidad de salto y potencia, rápidamente lo pusieron entre los prospectos principales de la nación. Ver si podía llevar todo ese bagaje físico y su calidad técnica a la NBA era lo que el mundo basquetbolístico esperaba, por eso que con un solo año en Duke, alcanzó para dar el salto a las ligas mayores.

Fue uno de números uno más cantado de los últimos años, New Orleans Pelicans se lo llevaron a su franquicia en la lotería del 2019 con apenas 19 años, sabiendo que se llevaban una futura estrella y a construir cerca de su figura. Lo que no esperaban era el calvario de sus lesiones, primero habiendo llegado a su temporada con apenas 24 juegos luego de recuperarse de una rotura de meniscos en su rodilla derecha. La segunda fue una fractura en su dedo anular que no le permitió cerrar la temporada pasada y se dio de baja 7 juegos antes del final de la fase regular.

Hasta allí parecía todo tranquilo, jugando bastante en su segundo año y esperándose mucho para lo que sería su tercer lustro en la NBA, pero aún se lo sigue aguardando. Una fractura en el quinto metatarsiano de su pie derecho previo a la pretemporada lo tiene afuera de la canchas, debido a que no se solidifica la lesión y distintas visitas a expertos le arrojan nuevos estudios y distintos tiempos de recuperación.

Esta situación hace que la historia de Zion se este asemejando mucho a la de otro número uno del draft que pasa al olvido y solo se lo recuerda por haberse roto y nunca haber podido demostrar en la NBA. Greg Oden, aquel centro que los Blazers eligieron en la primera posición del 2007, jugó a apenas 82 partidos en sus tres primeras campañas (la primera se la perdió entera, en la segunda jugó 61 y en la tercera 21), hasta el momento solo tres menos de los que lleva Williamson.

Oden nunca pudo recuperarse de sus lesiones en las rodillas, las cuales se sucedieron una y otra vez y acabaron con su carrera con apenas 105 partidos jugados, dado que hizo un intento de volver en el 2014 con el Heat pero fue en vano. Hoy en día solo volvió a Ohio State, su universidad y trabaja dentro del staff técnico del equipo con los pivotes, ya habiendo superado su pesadilla de no haber podido jugado en la NBA, aunque a veces se lo recuerden en la calle (ver reel de instagram).

 

 

 

 

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Zion no querrá ser el próximo número uno olvidado por las lesiones, pero para ello tiene que recuperarse y hoy su lesión es un manto de dudas que recorre toda la franquicia de New Orleans, mientras pelean un lugar en el play-in, en otro foco de suma importancia imploran por la vuelta de Williamson.