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Cuando terminó la final, con Argentina ya campeón, no había ningún tipo de dudas de quién había sido el mejor jugador del torneo. Y ese nombre era Gabriel Deck, que terminó la definición con 20 puntos y 7 rebotes. Encima, tomó el rebote ofensivo y el doble que terminaría siendo el que le dio el título al equipo albiceleste.

El santiagueño tuvo un torneo descomunal, con 21.2 puntos, 5.8 rebotes y 1.5 asistencias. Pero los números no reflejan todo lo que dio al equipo de Pablo Prigioni, siendo el sostén en los momentos difíciles y el ejecutor como principal arma ofensiva. Terminó como el líder anotador del torneo, primero en eficiencia, segundo en tiros de dos puntos y segundo en tiros libres, demostrando un dominio total.

En los únicos juegos donde bajó de las 20 unidades fue en los dos que pudo descansar, frente a Islas Vírgenes (14) y Venezuela (12). Luego tuvo 27 puntos ante Puerto Rico, 24 frente a República Dominicana, hizo 30 ante Estados Unidos y coronó con esta actuación superlativa frente a Brasil.

Se sabía que luego del retiro de Luis Scola se necesitaba alguien que tomara la lanza en la ofensiva como referente. Y el oriundo de Colonia Dora tomó esa responsabilidad en toda su dimensión.

Facundo Campazzo completó el quinteto ideal en su estreno como capitán del seleccionado argentino. El base fue el líder asistente del torneo y la voz cantante de un plantel que coronó un esfuerzo colectivo y se consagró en tierras brasileras.

Norris Cole, de Estados Unidos, Yago Santos, de Brasil, y Dalano Banton, de Canadá, completaron el quinteto ideal de una Americup que quedará en la memoria del básquet argentino.

Alejandro Malky / [email protected] (Enviado especial en Recife)
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