NBA 2017/18

El All Star por dentro: Tras el legado de Alí

00:37 20/02/2018 | Los Angeles fue testigo no sólo de la fiesta máxima del baloncesto mundial sino también de la cruzada de un Rey, de nombre LeBron, obsesionado con hacer historia.

Sabes que estás en la ciudad del All Star nada más llegar al aeropuerto. Ha sido así durante los 18 años consecutivos que este corresponsal lleva asistiendo al evento festivo por excelencia de la NBA. Se encargan de que los enormes carteles con la efigie de las estrellas te observen desde todos los ángulos. Las columnas, las paredes, los techos y las fachadas del imponente, e irreconocible a mejor con el paso del tiempo, skyline de Los Angeles te saludan o bien de parte de la mejor liga del mundo o de la Jordan Brand. Es ahora, desde 2018, con Nike como nueva marca patrocinadora oficial de la liga, cuando se demuestra más que nunca que el dios de generaciones en la cancha se ha convertido en una marca. Ya no es un hombre, ni sólo una leyenda, sino un logo de márketing capaz de generar miles de millones entre unos fans que jamás lo vieron jugar en vivo. Ha trascendido al más allá. Y eso mismo, pero con mucho más calado social y racial, busca su sucesor: The King.  
 
Un escalón por encima
 
Resulta muy evidente cuando lo vives en directo, y él no lo esconde, más bien lo publicita. LeBron no iba a dejar de ser el MVP en Los Angeles. Primero porque es la capital de las estrellas y él es el soberano de la NBA, por mucho que los campeones se llamen Curry y Durant. Segundo porque domina ‘el momento’ como nadie y, en una actualidad en la que ha estado inmerso en el debate de su objetivo vital, suponía un logro añadido para ser más escuchado. El MVP puede ser para otro en Charlotte el año que viene, o en la edición anterior de New Orleans, pero no en LA, y mucho menos para alguien que no quiere ser sólo un atleta mitológico o una marca comercial, sino también un hombre de negocios milmillonario (con su propia agencia de representación, amigo de Warren Buffett), un filántropo entregado (más de 40 millones de dólares donados para que los niños desfavorecidos acudan a la universidad), una voz directiva reconocida como vicepresidente de la asociación de jugadores NBA… Y un emblema racial. A imagen y semejanza de lo que fue Mohamed Alí, ‘King James’ es político y proclama la importancia de la raza negra en un país donde el asunto del color de piel se palpa aún en el aire. Los afroamericanos más aclamados de la nación, desde músicos a actores, pasando por periodistas y políticos, veneran la influencia diaria de James.
 
Los murales que presiden los muros en los hoteles de L.A. se centran en el MVP Westbrook o en las nuevas zapatillas retro de Michael Jordan, pero El Rey es quien manda. A todos los niveles. Quizá por ello la NBA haya cambiado el formato Este-Oeste al de Team LeBron y Team ‘el que sea’ (en esta ocasión Stephen Curry). Pero bien podrían haber llamado a otro equipo Team LeBron II. Nadie hubiese protestado.
 
Ideas que funcionan
 
Jugaron pos sus nombres y por su orgullo. También por dos causas benéficas de la ciudad entregadas a la juventud menos favorecida. Y por ello hubo faltas, defensa, tapones, robos y un último cuarto apretado que se decidió con una defensa de libro. Así sí se puede vender el All Star de verdad. Los últimos cinco años el partido había sido una verbena, una vergüenza. Con el nuevo formato la cosa mejoró sustancialmente. ¿El sábado? Casi nadie en la grada para asistir al desafío de habilidades (lo ganó Dinwiddie de los Nets, pero casi nadie lo recordará pasado mañana), más público viendo como Trevor Booker batía el récord histórico de puntos en los triples (28, pero con muchos más balones de colores que valen doble, así que menos mérito que, por ejemplo, Larry Bird) y lleno absoluto (4,000 dólares los abonos normalitos del fin de semana, hasta 7,000 para un asiento de segunda fila y más de 15,000 los de cancha) para asistir al homenaje de Donovan Mitchell a Vince Carter… Pero nada que ver. Concurso de volcadas flojo donde el que consiguió la mejor de todas, Dennis Smith Jr., quedó eliminado a las primeras de cambio.
 
Eso sí, una de las mejores propuestas de la NBA es seguir homenajeando cada temporada a sus leyendas más grandes, las que nos han hecho vibrar a todos y que siguen vendiendo camisetas como si estuviesen aún en activo: súper emotivas las ovaciones a Bill Russell, Kareem Andul-Jabbar, Dr. J, Shaquille O´Neal, Lisa Leslie, Magic Johnson, Dominique Wilkins y hasta el recién retirado Paul Pierce… Todos bien rodeados de famosos como Jamie Foxx, Mark Wahlberg o, cómo no, Jack Nicholson. Ahora bien, cuando se cayó abajo el estadio fue cuando entró en el centro de la pista un tal Michael Jordan. Siempre un nivel superior. Justo lo que busca ‘El Rey’ James, pero al estilo Alí.
 
 
David Carro, especial para Básquet Plus
 

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