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La Liga 2016/17

Factoría San Andrés: Lamas, García y Laginestra, productos de su historia

17:27 06/01/2017 | Tres de los cuatro entrenadores del Súper 4 surgieron en su trabajo del mismo club, un histórico de la Liga que le dio mucho al básquet, sobre todo técnicos de nivel.

García, Lamas y Laginestra

No es común, pero tampoco es casualidad. Hacía tiempo que veníamos previendo que se podía dar que tres entrenadores surgidos de San Andrés estuvieran entre los cuatro clasificados al Súper 4, y se dio. Y por eso aprovechamos la previa al torneo para juntarlos.

Fue divertido, porque las anécdotas e historias (la mayoría no publicables), saltaron sin para durante la hora de charla entre el líder de la manada (Julio Lamas, San Lorenzo), el mejor asistente de la historia de la selección argentina (Gonzalo García, Gimnasia de Comodoro), y la energía joven que pide cancha (Hernán Laginestra, Estudiantes de Concordia).

Básquet Plus: ¿Quién se anima a decir quién es el más San Andrés de los tres?
Gonzalo García
: Julio es el más identificado.
Hernán Laginestra: Julio, coincido.
Julio Lamas: Yo vivía en el club. Desde los 10 años hasta los 21 que me fui a Sport, estaba todo el tiempo ahí, primero jugando y después entrenando a todas las categorías menores. De hecho fui entrenador de Gonzalo, y tengo un gran cargo de consciencia porque no lo podíamos hacer engordar, era muy flaquito, entonces en el aro de mini yo me le posteaba, se la volcaba en la cara, porque era más chico que yo. Eso está mal (estalla la carcajada de los tres).

BP: Gonzalo dice, Julio, que de alguna maneta te catapultó como entrenador.
JL: La verdad es que Gonzalo era un jugador muy comprometido, y cuando estaba en juveniles, él peleó en el club para que el mismo entrenador que los entrenaba en la semana, fuera el que los dirigiera en los partidos. Primero Heriberto Schonwies y después Daniel Pace, como estaban con el equipo de Liga y todos sus problemas lógicos, los dirigían solo en los partidos, y yo lo hacía en la semana. Al final logró imponerse y terminé yo dirigiendo a los juveniles. 

BP: Era bravo.
JL: Era líder. El pensaba que el equipo de juveniles era su familia y lo que tenía que defender, y lo defendía. Estábamos todos creciendo. No había ninguna mala intención. Nosotros nos entrenábamos hasta las 12 de la noche, con amor. 

BP: ¿Cuándo vos llegaste ellos ya tenían un nombre en el club?
HL: Se lo estaban haciendo. Yo llegué a los 14. Gonzalo estaba todo el día en el club. No sabés las pesas que hacía. Tenía una cinturita chiquita y una espalda enorme. Era un animal. La volcaba con las dos manos.
GG: Jajaja
HL: Tiro de dos puntos matador.
JL: Y bandeja a aro pasado.

BP: ¿Qué pasó Gonzalo?
JL: Y, dejó de entrenarse. 

BP: ¿A qué edad se fueron ustedes del club?
GG: A los 23, a Rafaela. Hasta ahí fui todo San Andrés.

HL: Yo primero jugué, en el equipo que estaba Manuel Forrest, Garo Milovich. Después fui asistente de él (de García). Iba al club a las 9 de la mañana y me volvía a las 11 de la noche. Dirigía infantiles, cadetes, juveniles y la primera local. Y era asistente de Gonzalo en el TNA. 

BP: Ahora vamos a hacer el análisis de cada uno como jugador. ¿Cómo era Julio?
GG: Julio era rápido (Lamas se ríe con ganas), rápido de manos para robar balones. Hablaba mucho. Era agresivo. Tenía la verba agresiva.

BP: ¿Trash talk?
GG: Sí, sí. Me acuerdo mucho de robar pelotas y poner bandejas. Después no era un jugador al que había que prestarle mucho el ojo.
JL: No tenía ni físico ni talento. Tenía ganas. Eso es todo.

BP: ¿Y Hernán cómo era?
GG: Muy agresivo en defensa. Corría toda la cancha. 

BP: ¿Era un dos?
JL: Un dos uno. 
HL: Vos me quisiste reclutar para jugar de escolta.
JL: Porque él estaba en Tres de Febrero. Jugamos en contra desde mini.
GG: Lo que me llamaba la atención de Hernán es que jugaba con medias con pompones. 
HL: Sí, es cierto. Boludeces se acuerda, lo importante nada.
GG: Era muy rápido, usaba mucho el tren superior. Para bandejear. Mucha intensidad tenía.

BP: ¿Y Gonzalo?
HL: Tenía el tiro matador de dos puntos. Giro para afuera en el poste bajo. Fade away. Tremendo. En defensa...más o menos.
GG: ¿Cómo más o menos?
JL: No, defendía línea de pase che. Lo que más quería él era que jugáramos en equipo y nadie hiciera la suya. Siempre muy comprometido, y se ponía un poco fastidioso cuando alguien no lo hacía. Tenía tiro, pasaba la bola, y sabía todos los sistemas. Tenía un gran ataque a aro pasado, y corría el contraataque.

BP: Se podría decir entonces que los tres terminaron dirigiendo como jugaban.
JL: No, yo no. Era menos responsable con los tiros de lo que me gusta que sean mis jugadores. Conocí muchas más cosas después como entrenador. Gonzalo sí. 
HL: Yo antes veía el básquet de otra manera. Después, como entrenador, aprendí muchas cosas. 
JL: Antes se jugaba poco sin la pelota. No se pensaba tanto en qué hacer sin el balón. Lo tenía algún jugador, yo no.
GG: Lo que no cambió Julio es su esencia de entrenador de cuando dirigía a los chicos, a ahora. Estando en la selección, él en el vestuario, hablando con el equipo, me venían flashes de cuando él hablaba con los cadetes en San Andrés. 

BP: ¿Qué cosa por ejemplo?
GG: El tema de comprometerlos a todos, por ejemplo, en una causa. Para lo que sea. Recuerdo una charla importante con el equipo nacional. Terminó y le dijo a cada uno, ¿estamos todos de acuerdo no? Y eso me llevó a San Andrés y pensar que era el mismo.
JL: Para mí entrenar a los pibes del club era mi misión en la vida. Iba a todos los cursos, con León, Pepe Laso, etc, porque quería enseñarles a jugar a los chicos del club. Los entrenaba contraturno del colegio. A los que iban a la tarde, a la mañana, y al revés. A algunos los pasaba a buscar por la casa. Lo que más me importa es lo que piensa el jugdor de mí. La mirada del jugador. El vestuario y el jugador. Un entrenador que no tiene a los jugadores no tiene nada. 

BP: ¿Los tres estaban en el club cuando estuvo León?
JL: Yo ya me había ido a Sport. 
GG: Yo sí.
HL: Yo no me perdía un entrenamiento. A tal punto que un día que hacía un calor tremendo vino y me preguntó qué hacía ahí en vez de estar en la pileta. Porque me gusta más el básquet que la pileta, le contesté. Ví todas sus prácticas. 

BP: Cuando uno habla de básquet en Argentina, siempre surgen algunos clubes. Bahiense del Norte, Hindú de Córdoba, Sport, y obviamente San Andrés también entra. ¿Para ustedes es especial estar los 3 hoy acá a punto de jugar el Súper 4?
JL: Yo no vine pensando en eso, pero ahora que armaste esto suceden cosas que no podrían suceder en ningún otro contexto. Nos llevás a un lugar que tiene que ver con nuestra infancia y adolescendia. ¿Cómo no va a ser especial?

BP: No es casual.
JL: Es casual que estemos acá, pero no que haya tres entrenadores de San Andrés, porque es un club de básquet. yo llegué al club para hacer natación por recomendación médica, y para estar con pibes y hacerte amigos tenías que jugar al básquet. Y después, el comienzo de la Liga lo agarra con Carlos Caterbetti sponsoreando al equipo, y eso termina en un cub de barrio jugando la William Jones. Después San Andrés no pudo sostener el profesionalismo, pero no es casual.
GG: Se respiraba básquet. Para tener vida social tenías que jugar al básquet. 
JL: Hubo maestros. Estuvieron Heriberto y León por ejemplo. Cuando llegó Heriberto el club cambió por completo. Yo veía todas las prácticas. Y ayudaba en lo que venga. Alcanzándole la pelota a un jugador, haciendo la planilla técnica. Me decían una hora antes de salir a Bahía Blanca si podía viajar y yo iba con lo puesto. 

BP: Quinteto ideal histórico de San Andrés. 
(Los trés al unísono dicen El Tola)
JL: Cadillac es indiscutido. Ernie Graham, Kevin Graham
HL: Oroño. 
JL: Cadillac, Oroño. Ernie, Kevin, y me falta un cuatro.
GG: Qué difícil eh. 
HL: Había un jugador que vino medio rengo que era un crack.
JL: Sam Pellon. Puede ser ese. 
HL: Willie Young y Sam Mitchell fue una dupla que tuvo León. Mitchell es el cuatro para el quinteto ideal. Tirador, inteligente, guapo. Jugadorazo.
GG: Hubo muchos buenos jugadores: Bernardini, Luis González, Milovich. 

BP: ¿Estaban todos en el club cuando se enteraron que San Andrés le había ganado al Barcelona por la William Jones?
JL: Yo estaba en el club entrenando, y la secretaria del club se enteró porque la llamó el marido desde España para contarle. Fue una locura.
GG: Yo también estaba.
HL: Yo me enteré al otro día cuando llegué el club. ¡Le ganamos al Barcelona! me decían todos.

BP: ¿Fue el tope de San Andrés, o lo fue ganar la Liga?
JL: Yo creo que ganar la Liga, porque es un resultado colectivo. Pero ese fue el partido más importante, sin dudas.

BP: ¿Qué los une hoy a San Andrés?
JL: Mis mejores amigos son del club. De hecho nos juntanos siete todos los meses y los siete son del club.
GG: No puedo disociar. Pasé más tiempo en el club que en la escuela o en mi casa. Hice todo en el club. A mí me formó. Y me dio desde los amigos, hasta mi actual esposa, a la que conocí ahí. Y sigo teniendo a mis suegros y a mi hermana en el barrio.
JL: Yo también me formé en San Andrés. Ahí empecé a tener relaciones sociales.
HL: Mantengo muchas amistades. Y en los recesos voy todos los días al gimnasio de musculación y a tomarme un Donato (nombre que le quedó a un café cortado en jarrito servido en vaso de vidrio, que servía un histórico del club, llamado obviamente Donato). 
JL: El tano Donato me prestaba todos los meses plata desde el 23 en adelante, cuando se me acababa el sueldo. Comía todos los días con él en el club. 

BP: ¿Nunca sufren la profesión? Desde la salud.
JL: Yo no.
GG: Yo sí. Hay un tema. Como esto es profesión más pasión, cuando algo sale mal lo sufrís. 
JL: Cuando le ponés el alma a algo, no es lo mismo si te va mal que si vendés seis vasos menos. Pero no lo sufro. 
GG: Mi cuerpo absorbe lo que me pasa con la profesión. Igual estoy mejorando. Llegué a castigarme, estando con 40 grados y sin prender siquiera el ventilador. Desbalance alimenticio. Con el tiempo lo modifiqué. Me duele la derrota, no duermo, me clavo los puñales, pero no paso los límites, que antes me pasaba. 
HL: Yo viví una situación muy complicada en los 3 años que estuve en Junín. No podía salir a la calle. Tenía que ir al súper a las 2 de la mañana, a uno que estaba abierto las 24 horas en la ruta. Por la rivalidad que había entre los clubes. 

BP: ¿Qué es para vos Hernán estar en este torneo con ellos dos, a los que ves desde tan joven?
HL: Para mí es un halago. 
JL: Espero que te vuelvas esta noche (se ríe). 
HL: Vamos a tratar de hacerte la vida imposible.
JL: Siempre me hacés la vida imposible. El año pasado me ganaste los dos partidos. 

BP: ¿Te cuesta enfrentarlo?
JL: Una vez cuando estaba en Olavarría le costó.
HL: Me comió la cabeza. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

 

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