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Ya pensando en el cruce de octavos de final del Mundial, Argentina y Brasil volverán a verse las caras una vez más en un torneo internacional, como si el destino estuviera encaprichado en que el clásico sudamericano vuelva a escribir un nuevo capítulo dentro de su larga historia.

Y Rubén Magnano es uno de los protagonistas más relevantes que tendrá este duelo, ya que el actual entrenador de Brasil vivirá una vez más un duelo ante Argentina, aquella selección que supo dirigir para llevarla a uno de sus logros más altos. El cordobés admitió que jugar contra la albiceleste es un duelo ya madurado, y que su Brasil hoy está intentando meterse en esa rica historia del básquet mundial, admitiendo que el equipo que dirige en el presente probablemente sea el mejor que uno puede tener.

"En Caracas creo que se empieza a gestar una cosa importante, con un resultado importante que es la presencia de todos los grandes jugadores que tiene Brasil. Yo me animo a decir un poco que este es el mejor Brasil que uno puede tener, más allá de que se pueda cambiar alguna que otra posición, pero porcentualmente tenemos el gran equipo de Brasil. Esa situación provocó un alto grado de compromiso por parte de los jugadores. Yo hace 40 días que vengo viviendo eso, hay una relación muy alta de lo que se dice y lo que se hace, y eso tiene mucho que ver porque no solamente quedan en palabras sino que también se ve en los hechos, a la hora de jugar se pone en manifiesto. Incluso ganas es mucho mejor, y más sólido es, por eso digo que estamos bien", comenzó diciendo Magnano.

- ¿Qué cosas encuentra en Brasil como grupo emparentadas con el comienzo del éxito de Argentina?

- Te lo voy a resumir en una frase: creo que hay necesidades de victoria, necesidades de lograr algo, cosa que Brasil hoy no tiene. Lo ha demostrado durante un periodo muy largo y lo sigue demostrando, por lo que Brasil precisa un poco de eso.

- Te lo pregunto casi en broma, ¿Dios te está haciendo esto de ponerte siempre a Argentina en el camino por haber agarrado Brasil?

- (Risas) Son desafíos muy curiosos. Tal vez esa pregunta me la hice cuando me tocó firmar el contrato allá en el 2010, y se ve que me ponen a prueba año tras año. Pero son las cosas del deporte y las cosas lindas del deporte, porque creo que un entrenador sin desafíos tendría que dejar de entrenar. Para mí, no solamente dirigir Brasil sino también contra Argentina, es realmente un desafío.

- ¿Y ya te pasa lo mismo que en Turquía o cambió?

- No, indudablemente ese duelo ya no. Imaginate que entre amistosos y torneos internacionales ya hemos jugado cerca de la decena de veces, por lo que es un duelo madurado.

- Planteabas que Argentina demuestra todo lo esperable, que tiene ese sello y esa identidad, ¿Pero qué cosas te sorprendieron de Argentina?

- Como sorprender no me sorprendió nada, el estilo de juego no se varió, los referentes siguen tomando la posta de referentes y le dan lugar y apoyan a la gente joven. Es realmente una escuela.

- Los jugadores que están adentro dicen que la historia no importa, y los que están afuera dicen que sí. Evidentemente debe ser que sí.

- Pasa que la historia acá nadie la va a borrar, la historia está escrita y también hay que hacerla, hay que crearla, y nosotros estamos intentando entrar en la historia.