Feliz cumple Fabri

Oberto y su frustrada llegada a la NBA en 1999

09:01 21/03/2020 | Fabricio Oberto terminó mal su primera experiencia concreta para intentar el ansiado arribo a la NBA. Recordamos la nota que hicimos con Básquet Plus revista ese año tras su prueba con los Knicks.

En los Spurs consiguió su único título de la NBA (Foto: NBA)

Apenas unos días antes de partir para Puerto Rico, el seleccionado argentino se enteró de una decisión que ya estaba en boca de todos: Fabricio Oberto, por sugerencia de su agente David Bauman, no iba a concurrir al Preolímpico, reservándose para un campamento con New York Knicks. Tanto Julio Lamas como Horacio Muratore, presidente de la Confederación Argentina, apoyaron al cordobés en su decisión, pero la cosa fue cambiando con el correr de las semanas.

En un principio, Fabricio se recluyó en su pueblo natal, Las Varillas, para esperar el llamado que le indicara cuándo debía viajar a los Estados Unidos para iniciar la prueba. Bauman había ilusionado a Oberto con la casi segura firma de un contrato en algún equipo NBA, siendo New York Knicks el candidato con más chances. Los días pasaron y recién el lunes 19 Oberto llegó a Nueva York. Allí lo esperaba gente del equipo de la Gran Manzana para revisarle su mano izquierda, la que había sufrido la lesión que lo marginó de las finales en Grecia.

El miércoles 21, Fabricio comenzó a entrenarse junto con otros 17 jugadores candidatos a formar parte del plantel que concurriría a la Shaw's Summer Pro League, la Liga de verano de Boston, donde participarían, entre otros, Philadelphia Sixers, Indiana Pacers, New Jersey Nets, Seattle Supersonics, Washington Bullets y los locales Boston Celtics.

Durante los primeros dos días de prácticas, que eran dirigidas por el propio Jeff Van Gundy (entrenador de los Knicks), Oberto se mostró falto de ritmo físico y basquetbolístico, ya que hacía casi tres meses que no entrenaba con normalidad. Luego se fue soltando hasta alcanzar un nivel aceptable, pero entonces comenzaron los problemas. En Nueva York le anunciaron que sus chances de jugar en la Liga de Verano eran mínimas, ya que debían probar a otros jugadores, y no habría lugar para él, salvo alguna lesión. Oberto llegó a viajar a Boston, pero allí decidió que esa opción no le convenía y el martes 27 arribó a la Argentina para instalarse en su casa nuevamente.

El propio jugador explica la historia: "Por lo que había hablado con mi agente, yo pensaba que iba a ir a Nueva York para revisarme la mano, con grandes chances de firmar un contrato, pero allá me encontré con una situación totalmente distinta. Cuando me dijeron que casi seguramente no iba a jugar en la Liga de Verano, les avisé que tenía otras prioridades y que tenía que resolver mi situación con el Olympiakos y me fui, pero no me fugué, como dijeron algunos.

-¿Te defraudó Bauman?

. Él me decía que iba a firmar seguro en la NBA, y por eso me aconsejó no ir al Preolímpico, que es lo que más bronca me da, porque yo quería jugarlo sí o sí. Me sentí usado, porque no esperaba que me sucediera algo así.

-¿Cómo sigue todo ahora?

. Y, no sé. Yo tendría que incorporarme al Olympiakos, pero seguramente ellos no deben estar muy contentos conmigo. La verdad es que yo tampoco tengo muchas ganas de ir allá, por eso no sé qué va a pasar. Si voy, me gustaría poder tener más responsabilidad y participación, pero sé que ya contrataron a un par de jugadores, uno interno, así que no tengo idea si esa opción se va a poder dar. Además, no creo que ellos quieran negociarme con otro equipo. Estoy mal porque se crearon falsas expectativas.

La otra parte de la historia, que por razones obvias Oberto no puede contar, está referida a su representante, el temible David Bauman, integrante de la poderosa agencia FAME, uno de cuyos propietarios es nada menos que David Falk, el agente de Michael Jordan. La idea de tener una prueba en la NBA partió desde un principio de Fabricio Oberto. Él habló con Bauman para ver qué chances podía tener allí, y Bauman casi aseguró que podría conseguirle un contrato. La parte oscura de esta historia es económica. Bauman, obviamente, no trabaja gratis, y a él no le convenía que Fabricio fichara en la NBA ya que, a lo sumo, podía conseguir un contrato mínimo (poco más de 250.000 dólares).

Comparado al millón que recibe cada año en el Olympiakos, los números no le cerraban a Bauman. Los resultados de la frustrada experiencia de Oberto, que en ningún momento en los casi 10 días que estuvo en los Estados Unidos recibió la visita de su agente, motivan la sospecha. ¿Existió en algún momento la chance real de que Fabricio fichara en un equipo NBA o sólo fue una movida de Bauman para dejar conforme a Oberto? La segunda opción parecería ser la más cercana a la realidad.

La cuestión es que Oberto quedó en una situación un tanto delicada. Después de su partida de Grecia, el pivote nunca más volvió a comunicarse con dirigentes de su equipo y, supuestamente, Bauman envió una carta en junio a Grecia anunciando que Oberto no integraría más el plantel y que rescindiría el contrato, que contenía una cláusula en la cual, pagando 250.000 dólares, Fabricio podía ir a un equipo SOLO en Estados Unidos. Con el nuevo panorama, al cordobés no le era sencillo volver a integrar el equipo griego sin problemas. Al Olympiakos no le gustó nada el gesto de Oberto de irse casi sin avisar y, además, se reforzaron convenientemente sin tenerlo en sus planes.

Las posibilidades de maniobra de Fabricio a esa altura eran pocas. La NBA estaba totalmente descartada en ese momento. Si se decidía a ir al Olympiakos, lo más probable era que cumpliera una temporada como la anterior, donde promedió poco más de 16 minutos. Esa opción la tenía asegurada. Su meta, aunque no lo dijera, era lograr que lo transfieran a otro equipo europeo, pero las chances a esa altura del año eran pocas.

Debería conseguir que algún interesado estuviera dispuesto a canjear a algún jugador por él y que pueda pagar, aunque sea, algo menos de lo que le abonaba el Olympiakos. Parecía demasiado. Lamentablemente para Oberto, las decisiones más importantes ya no estaban en sus manos. Solamente quedaba clara una cosa: a los 24 años, Fabricio debía cuidar mucho su imagen y no permitir, bajo ningún punto de vista, que su nombre se convierta en sinónimo de conflicto en Europa. Cuando un año atrás, a último momento se frustró su pase a la Benetton, estuvo a un paso de correr ese riesgo. Tuvo que caminar con pie de plomo para que su carrera siga el sendero de rosas que, hasta el año anterior, pretendía recorrer sin espinas.

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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