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Robo del siglo: la falta por la que Argentina no pudo ser campeón mundial

16:37 22/02/2020 | Sconochini penetró en la última jugada y los árbitros no cobraron la falta. Yugoslavia terminó ganando el juego y el título en la prórroga.

Sanchez ante Pitsilkas (Foto: Archivo FIBA)

"Pulgada a pulgada, jugada a jugada", enfatiza Al Pacino en su mítico discurso realizado en la película un domingo cualquiera. Pero qué pasa cuando todos y cada uno de los jugadores lucharon y se ganaron esa brecha, esa oportunidad de gritar campeón, desplegando un básquet sensacional que divertía a caudales inconmensurables. Un fallo, un maldito fallo fue la barrera, la falange que le negó a Argentina la oportunidad de ser el mejor seleccionado del mundo. El error de Nikos Pitsilkas, quien luego de un tiempo reconoció que se equivocó, le costó a los nacionales el partido y una final que en ese momento fue histórica. 

El enfrentamiento no empezó de manera normal y los pronósticos inmediatamente comenzaron a derrumbarse. Yugoslavia no conseguía imponer su ritmo, forzado por la defensa de Argentina que lo atosigaba en cada jugada, sacando a figuras como Dejan Bodiroga y Vlade Divac de su comodidad habitual. Los nacionales estaban sólidos atrás y eso les permitió correr y castigar en transición. Pese a ello, los de Europa del Este lograron cerrar el primer tiempo al frente (41-39). 

A partir del tercer periodo llegó la reacción celeste y blanca, que, apoyada en Pepe Sánchez, logró meter un parcial de 14-2 que le permitió sacar su primera máxima en el partido (43-53). Pero los balcánicos estaban tranquilos, tenían el plus de la experiencia y entendían lo que tenían que hacer para mantenerse en jaque. Así fue que en los minutos decisivos apareció Bodiroga en su máxima expresión, marcando siete puntos en fila que pusieron el partido en paridad (75-75). 

Con 15.2 segundos restantes, Argentina sacó de fondo, pero terminó perdiendo la pelota antes de llegar a mitad de cancha. Allí se produjeron un par de disputas y, tras una polémica falta contra Scola, finalmente Divac consiguió capturar la caprichosa naranja e inmediatamente fue cortado por los nacionales.

Tras ello, el yugoslavo debió lanzar dos libres, pero falló ambos y Oberto logró atrapar el rebote. Quedaban cinco segundos y Sconochini se hizo cargo de la acción, agachó la cabeza y consiguió llegar al aro, pero al saltar recibió un par de golpes de Jaric. A pesar de que la falta se vio hasta por la radio, ni el griego Pitsilkas, ni el dominicano Mercedes pitaron la infracción y el partido se fue a la prórroga. 

En el tiempo suplementario la experiencia y la veteranía pudo más, y los del Viejo Continente terminaron dominando el encuentro y consagrándose campeones del mundo con una victoria por 84-77. Pero los festejos quedaron empañados por ese fallo arbitral al final del último cuarto, y la herida jamás terminará de cicatrizar. ¿Lo hubiera cambiado todo esa falta? ¿Argentina lograría consagrarse en Atenas dos años después sin esa sed de revancha? Quizás sí, tal vez no. ¿Mejor olvidar? No, mejor recordar. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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