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Historia

León Najnudel y el nacimiento que gritó en silencio

15:00 25/04/2025 | Mañana se cumplen 40 años del primer juego de la Liga Nacional. Un proyecto que, cuando fue confirmado, tenía su creador en España festejando entre un llamado y una carta.

León Najnudel y la confirmación de su sueño

Corría febrero de 1984 y, mientras el básquet argentino daba los primeros pasos hacia su transformación más ambiciosa, su principal ideólogo se encontraba a miles de kilómetros, en España. León Najnudel dirigía al CAI Zaragoza en España, pero tenía la cabeza puesta en Argentina, donde se terminaba de preparar todo para el nacimiento de la Liga Nacional. El proyecto, impulsado durante años por dirigentes, entrenadores y periodistas, acababa de concretarse y León se enteró como si fuera una escena cinematográfica: en medio de un viaje por Soria, tras un triunfo de su equipo en playoffs, recibió un telegrama con la noticia.

El mensaje había llegado a su casa de La Pampa 1829, en Bajo Belgrano, enviado por su colega y amigo Roberto Germanetto. Al llamar por teléfono para saber cómo estaban su esposa e hijos, fue su hijo Nicolás quien le leyó en voz alta el telegrama que cambiaría para siempre la historia del básquet argentino. La reacción de León fue inmediata, visceral: “Me puse a gritar como un loco y nadie de los que estaba a mi lado entendía nada”, escribió luego en una carta a Horacio Seguí, uno de sus compañeros de lucha. A partir de ese momento, ya no lo paró nadie.

La emoción fue tan profunda que León se tomó el tiempo de escribir a mano una carta que hoy funciona como testimonio espiritual de lo que significó ese logro colectivo. Allí dejó frases que siguen resonando cuatro décadas después: “Cuando les expliqué el motivo de mi euforia no experimentaron nada y me puso muy triste comprobar por enésima vez que yo no tengo nada que hacer aquí, que no es mi lugar, en el que ni siquiera puedo compartir sentimientos con nadie, ni asombros, ni tristezas, ni alegrías. Y la culpa no es de nadie, es que yo ya tengo mi propia historia y solo me importa a mí y a la gente que convivió toda la vida con los mismos problemas…”.

En otro pasaje, Najnudel reflexionaba sobre la magnitud de lo logrado: “Las nuevas generaciones podrán tener mejores posibilidades y solo este hecho nos debería gratificar por el trabajo realizado y no esperar más que eso, el placer del deber cumplido, de haber luchado y de haber conseguido objetivos que sin un gran amor o una loca pasión jamás se hubieran logrado. Y ahora el próximo paso es el de olvidarse de todos los obstáculos, de todos los detractores, de todos aquellos que por su ignorancia, en algunos casos, o por su excesivo afán de protagonismo, en otros, dificultaron el proceso…”.

Finalmente, ofrecía una mirada generosa y colectiva, con un mensaje de apertura y futuro: “Hay que tener la suficiente grandeza como para comprender que el básquetbol no es propiedad de nadie, que ninguno inventó la manija y que la nueva perspectiva que se abre es de todos los que conforman el medio y de todos los que se vayan incorporando. Necesitamos que sean muchos y cuantos más acudan será el deporte que tanto nos enloquece…”.

Mañana se cumplirán 40 años del primer partido oficial de la Liga Nacional. Y con ese aniversario volverá a vibrar la voz de León Najnudel, ese adelantado que festejó el nacimiento de su sueño lejos de casa, con un teléfono en una mano, una carta en la otra y el corazón entero en Argentina.

Fuente: 
León Najnudel: Historia de un Adelantado

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