A 23 años del retiro de Marcelo Milanesio, el ícono de la Liga
20:51 13/05/2025 | El base jugó toda su carrera en Atenas de Córdoba y fue el símbolo hasta que decidió colgar las zapatillas como figura y con su séptimo título en la élite del básquet argentino.
El 13 de mayo de 2002, para los cordobeses y para el básquet general, fue un día muy especial. Ese día, Marcelo Milanesio, con 37 años, colgó sus botitas de uno de los aros del Polideportivo Cerutti y le dijo adiós al básquetbol, luego de 18 temporadas y 848 partidos, todos con Atenas, más 7 títulos de Liga Nacional.
Y lo hizo a lo grande, con 18 puntos, 11 en el último cuarto, para que Atenas supere a Estudiantes de Olavarría y consiga el título de la Liga Nacional.
Milanesio fue durante toda su carrera el símbolo máximo de la Liga Nacional. Ganador, carismático, crack como jugador, tuvo todos los condimentos como para destacarse desde muy joven, cuando apareció en los primeros años de la Liga, incluso en la temporada de transición.
En 1984, con 18 años, fue el líder ya de un grupo que tenía el ansia de ser protagonista desde el interior de esta nueva y fascinante experiencia que era la Liga Nacional. Si bien Atenas tenía a un consagrado como Runcho Prato, los hermanos Milanesio, pero sobre todo Marcelo, mostraron muy de entrada que ellos llegaban para cambiarlo todo.
¿Quién puede olvidar la desfachatez de Marcelo para jugarle de igual a igual a tipos como Cortijo, que era el base insignia de la época? O su carácter explosivo que le impedía bancarse una derrota sin enojarse como todo pibe de 18/19 años que no quiere perder. Nunca quiso perder. Nunca aprendió a perder.
Milanesio, o Marcelo, que es lo mismo, empezó a desandar el camino en 1987 (ya había jugado con la selección el Mundial de 1986), ganando su primer título de Liga, y de ahí en más las consagraciones no pararían: ganó los campeonatos de 1988, 1990, 1991/92, 1997/98, 1998/99 y 2001/02, retirándose como el máximo campeón de la historia junto con Pichi Campana (7 anillos).
Y no solo fue su fidelidad al griego cordobés, sino también el hecho de haber sido un infaltable total. Entre la edición de 1985 y la campaña 97/98 no se perdió absolutamente ningún partido. Si, disputó un total de 649 encuentros de manera consecutiva. En ese periplo el griego logró ganar 5 títulos de Liga y llegar a otras 4 finales. Además, no bajó nunca de semifinales.
Y un viernes 18 de septiembre de 1998 esa racha llegó a su fin. Allí, Atenas recibió a Estudiantes de Bahía Blanca y el base no pudo decir presente por una fisura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo en un juego ante los mismos bahienses, pero en la capital del básquet.
Desde allí se perdió 20 partidos en la temporada que el Griego fue nuevamente campeón y retuvo el título en aquella recordada final ante Independiente de General Pico. Desde allí hasta la 2001/02 se perdió un solo partido más y llegó a la cifra final de 848, levantando otros tres campeonatos y jugando una final y una semifinal más. Un total de 848 sobre 869 partidos posibles, que da un 97.58% de presencialidad, una marca prácticamente insuperable.
Pero además sumó con Atenas 5 títulos internacionales (2 Sudamericanos, 1 Panamericano, 2 Ligas Sudamericana) y el tercer puesto histórico en el McDonald's de París en 1997. Y con la selección argentina fue campeón en el Sudamericano de 1987 y mejor pasador del Mundial de Toronto en 1994. Su nivel era internacional.
“No me fui de Atenas porque era una época diferente. No existía la posibilidad de irse a Europa y cuando existió, ya tenía 30 y pico de años. Notaba que no me quedaba otra más que jugar en Argentina y en Argentina se dio que estaba en un lugar en donde me gustaba estar, como Atenas de Córdoba, que es mi casa, mi familia, donde conocí grandes entrenadores, dirigentes y jugadores. Sentía que jugaba para una provincia y siempre que tenía que tomar una decisión, pesó mucho que estaba en el mejor lugar para jugar” contó alguna vez en Básquet Time Out.
Un imprescindible que nunca dejó Atenas y la Liga Nacional y que marcó una época. Sin dudas la cara de la competencia si se quisiera elegir una.
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