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Mateo Fernández Solari, un lado B en el básquet universitario de Estados Unidos

20:26 09/07/2022 | El jugador nacido en Bahía Blanca tomó el rumbo de combinar deporte y estudio y se fue a Norteamérica para sumar experiencias.

Mateo Fernández Solari y su vida en el básquet universitario.

Mateo Fernández Solari posiblemente sea conocido por seguidores de categorías menores. Con su camada de Bahía Blanca ganó varios provinciales y luego representó a Buenos Aires en los campeonatos Argentinos. Además, se destacó en Napostá y la Liga de Desarrollo con Bahía Basket. Sin embargo, decidió tomar un camino alternativo y se fue al básquet universitario de Estados Unidos, donde pasó por la NAIA y el Junior College, ligas alternativas a la NCAA.

“Mi llegada al básquet universitario se da a través de un showcase, un campus de una semana en Miami, en el cual jugadores de diferentes nacionalidades jugamos partidos contra diferentes High School y un par de Junior Colleges. Había cerca de 20 entrenadores invitados y luego de ese showcase nos mandaron ofertas. Terminé yendo a Campbellsville University en mi primer año”.

Claro, previo a esto Mateo estaba convencido de seguir esto y tuvo mucho que ver Bahía Basket, liderado por Pepe Sánchez: “Esto había sido meditado por mucho tiempo, debido a que en los años en Bahía Basket en la Liga de Desarrollo tuve la suerte de compartir con varios que hicieron ese proceso, algunos se fueron y otros no, pero estaba convencido que con mis objetivos deportivos y académicos, el mejor contexto era Estados Unidos. Entonces me asesoré con varios como Ramiro Santiago o Facundo Arens, además de Pepe (Sánchez), decidí que ese era el camino que quería tomar”.

“El cambio fue bastante positivo. Yo estaba ya mentalizado que iba a estar lejos de mi familia, mi casa, mis amigos, mi novia. Conocí mucha gente a lo largo de este proceso y se hizo mucho más fácil, con mucha gente dispuesta a ayudar”.

El básquet universitario, un estilo distinto de juego y de vida

Y hacia allá comenzó su sueño, primero en la NAIA y luego en el Junior College, en la Universidad de Barstow, donde se encontró con un básquet diferente al que estaba acostumbrado. “Mi primer año fue un una NAIA y el segundo en un Junior College en California. Me adapté bastante bien, el juego americano, la mayor diferencia con el básquet que yo estaba acostumbrado es el tema de los físicos y atleticismo de los jugadores. También obviamente el uno contra uno, los jugadores tienen muchos más recursos en este juego que recursos tácticos, vas a encontrar mucho más fácil a jugadores que sepan jugar uno contra uno a uno que a uno que sepa lo que es un corte flex, por ejemplo. En la Universidad, en mi segundo año, explicaron eso y era muy gracioso porque el 90% del equipo no lo conocía y yo lo había aprendido a los 12 años”.

Claro, pero no todo es básquet y Fernández Solari estudió y se recibió en Bussiness Administration: “Lo que te da el estudiar es también conectar y conocer gente que no conocerías en ningún caso si no fuera por el aula o alguna clase. Eso me hizo conocer mucha gente y también vivir experiencias que no hubiera vivido si solo jugara al básquet. Me vino bien para desconectar un poco de lo deportivo y que no sea algo monótono”.

La organización es clave, y Mateo es metódico para eso, pero contó cómo son sus días entre el estudio y el trabajo de cancha: “Siempre traté de hacer tiro o gimnasio antes de la primera clase, porque era a las 8 o 9 de la mañana en mi primer año. El segundo fue online, así que fue un poco más fácil porque tenía más flexibilidad de horarios. Siempre trataba de tener un tiempo entre las dos clases para hacer gimnasio o series de tiro, tarea. A la tarde, a partir de las dos o tres que ya no tenemos más clases, tenemos el entrenamiento de equipo, para después estudiar y hacer tiro, dependiendo el día”.

A todo esto, el bahiense también le suma el hecho de haber trabajado: “En mi primer año trabajaba en lo que es el departamento deportivo de la universidad. A veces en la cantina de los partidos. En mi segundo año ya era empleado fijo, trabajaba todos los días de ocho de la mañana a una de la tarde como tutor de la universidad y daba clases de macro y microeconomía, español, geografía, geología, bussiness, clases de contaduría. A su vez me ha tocado dar clases de inglés a americanos nativos, una de mis experiencias más inesperadas”.

No todo es NCAA

El basquetbolero promedio posiblemente conozca la División I de la NCAA, pero debajo de ella hay muchas ligas, donde las diferencias se acotan cada vez más. “Las diferencias son cada vez menores. Por ahí antes uno creía que el básquet universitario era la NCAA División I, y que todo el resto era básquet menos serio, pero la verdad es que no. Hay muchos jugadores, la brecha entre las divisiones es mucho menor. Por ahí puede haber un poco de diferencia en los físicos y las facilidades de las universidades, pero hay muchos jugadores que podrían estar jugando en otros niveles, que por ahí por lo académico o por gusto no lo hacen”.

En este sentido, ahondó sobre la actualidad: “Hoy en día, con todo esto del transfer portal, que es que los jugadores pueden transferirse de un lugar a otro sin problemas, está haciendo que muchos jugadores de muy buen nivel tengan que jugar División II o NAIA, y eso sube un montón el nivel de competencia y exigencia. La mayor diferencia puede ser la exigencia académica, los recursos que tienen y las facilidades”.

Para este tercer año aún no tiene destino, pero espera encontrarlo pronto. “Todavía estoy en busca de una universidad, que me brinde la posibilidad de desarrollarme dentro y fuera de la cancha. Quiero seguir creciendo en ambos. Hoy tengo el título de Bussiness Administration, pero la idea es volver para hacer el de Sports Managemen. La idea es seguir conociendo gente, seguir creciendo como persona y seguir disfrutando de este deporte que tanto me gusta”.

Alejandro Malky / [email protected]

En Twitter: @basquetplus

En Twitter: @alemalky

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