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En una entrevista reciente con Bleacher Report, Jayson Tatum reconoció que durante el juego 3 ante Milwaukee Bucks tuvo una lesión que le impidió continuar jugando al 100%, incluso fue el principal motivo de su bajón en la final ante Golden State Warriors.

“Tuve una fractura de muñeca sin desplazamiento. Era pequeño, pero molesto y era doloroso porque me hacía falta. Así que jugué cerca de dos meses con una fractura en la mano. En los playoffs, contra Milwaukee, en el Juego 3, hice una clavada, pero Giannis (Antetokounmpo) me persiguió y me hizo falta y al caer sobre los aficionados sentí mucho dolor, recibí una inyección de cortisona en mi mano esa noche”, contó Tatum.

Luego, contó que usaba protección pero a escondidas y que cambió de color: “Perdí color en mi mano porque eso mata las células grasas y no hay mucha grasa en mi mano, así que perdí color en la mano. Después de cada partido, tenía que usar un aparato ortopédico para tirar al aro y me lo quitaba antes de que las cámaras me vieran”.

Posteriormente, Tatum reconoció cómo se sintió tras perder la final ante Golden State Warriors: “Los tres o cuatro días posteriores fui miserable. Me tomó algo de tiempo salir de ahí y poder disfrutar de nuevo mi vida, estar con mi hijo y mi familia. Fue muy duro porque literalmente di todo lo que tenía. No tenía apetito, no quería hablar con nadie, no quería salir”.