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“Las segundas partes no siempre son buenas”. Una frase asociada al cine, que deja un mínimo beneficio a la posibilidad de que existan secuelas que si valgan la pena. La película de Jordan –no Space Jam – sino su historia real en el deporte tuvo una segunda parte, una de las mejores segundas partes.Tras lo conseguido con Chicago Bulls, ganando tres anillos desde 1991 hasta 1993, Jordan tomó una dramática decisión que dejaría a todos en shock. La mayor personalidad del deporte anunciaba su retiro con solo 30 años. Un primer anuncio que se daría a solo un mes del inicio de una nueva campaña. “Cuando ya no siento esa motivación por el juego, es hora de retirarme del básquet”, fue lo que declaró el #23 en aquel retiro. 
 
Una salida que se encendió por un empape de problemas personales y mediáticos que afectaron a Michael. Solo un mes luego de las finales ganadas ante Phoenix Suns, el padre de Michael, James Jordan fue asesinado cruelmente, una de las mayores figuras de inspiración para Michel se había ido. A eso le siguió un escándalo por supuestas deudas por apuestas debido a una adicción al juego. Un tópico que la leyenda y todas las personas cercanas siempre desmintieron. 
 
Jordan pensó que la mejor forma de honrar a su padre sería jugar al deporte favorito de James: así fue que, a principios de 1994, MJ firmó un contrato con los Chicago White Sox en la Mayor League Baseball (MLB). Con el bate en mano no le fue tan bien. Tuvo un pobre rendimiento hicieron que fuera delegado a una liga de desarrollo con la franquicia. Esto no le agradó a su majestad y en la búsqueda de competitividad, tiró el bate y volvió con la naranja. 
 
Por entonces, los Bulls ya iniciaron su campaña por repatriar a su alero. el 1 de noviembre del 94. En el flamante United Center -la nueva casa de los Bulls- Jordan junto a su familia vio cómo la famosa 23 se instaló para siempre en el techo del nuevo estadio. Al mismo tiempo, la organización presentó la icónica estatua en las afueras del estadio. Unos meses luego, en marzo con el equipo preparándose para los playoffs ya se empezó a correr el rumor de la vuelta de Michael. 
 
Tras reuniones con la comisión de los Bulls y de unos días entrenándose junto al equipo, un fax con la frase “I’M BACK” empezó a circular por todas las redacciones y medios audiovisuales. Pero antes de saltar a la cancha, Jordan impactó al mundo entero con un cambio sustancial. Como el 23 de los Bulls estaba retirado, eligió vestirse con el número 45, ese que no pudo utilizar en su adolescencia en la escuela secundaria Emsley A. Laney porque su hermano mayor Larry le ganó de mano. A pesar de no jugar por más de 18 meses al básquet, MJ fue titular en un duelo ante los Pacers. 
 
Su primer partido con la 45 no fue el mejor. Terminó con 19 puntos, malos porcentajes y derrota para su equipo. Una señal de que esa no sería la temporada crucial de Jordan en su vuelta. Meses después caerían eliminados en segunda ronda de playoffs ante los Magic de Shaquille O’Neal. En el receso, Michael Jordan se ocuparía de su reacondicionamiento físico, a la par que iniciaba el rodaje de Space Jam. 1995 sería diferente, la vuelta a su número, las victorias y los campeonatos.