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Grayson Allen volvió a estar en boca de todos y no precisamente por sus condiciones como jugador, las cuales tiene, sino por sus actos de indisciplina. Quien se sumó a su lista de víctimas es el base de Chicago Bulls, Alex Caruso.

Allen, nacido en Florida, en 1995. Fue campeón estatal con el instituto Providence de su ciudad de origen. Tuvo una gran actuación y le abrió las puertas de la universidad de Duke, que lo reclutó y allí jugó cuatro temporadas con los Blue Devils, coronándose campeones de la NCAA en 2015.

Durante su estadía en la NCAA ya comenzó a tener inconvenientes con su conducta, principalmente por acciones descalificantes ante sus rivales. Algunas imperceptibles, otras más visibles, pero que mientras estuvo en la universidad pasaron un poco de desapercibido, aunque recibió muchas críticas, incluso se lo comparó con Christian Laettner, quien fue reconocido por su dureza para con sus rivales.

Tras ser elegido por Utah Jazz en la posición 21 del draft del 2018, jugó en la G-League para Salt Lake City Stars y comenzó su periplo con grandes estrellas: tuvo una acalorada discusión con un Trae Young, una figura emergente en ese momento.

Pero la pica no quedó ahí, la temporada siguiente pasó a Memphis Grizzlies, volvió a cruzarse con Young y nuevamente hubo inconvenientes. Sumado a lo sucedido en la última semana contra Caruso, le valió para ganarse el mote de “el jugador más sucio de la NBA” y como “el más odiado de los Estados Unidos”, como lo caratulan en el país de Norteamérica.