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Luca Vildoza llegó a la NBA e hizo historia con su debut en Milwaukee, pero mucha agua pasó bajo el puente. Solo él, con su esfuerzo y dedicación para superar cada obstáculo y lesión, sabe todo lo que sufrió para llegar a este momento.

A mediados de 2012 se había roto las dos muñecas en un partido preparatorio. Fue clave en el ascenso de Quilmes a la Liga Nacional.

En la pretemporada 2013, en un partido amistoso ante Lanús, terminó con una fractura de muñeca. “Salté a hacer una tapa y cuando caigo me quedó el brazo como una serpiente. No podía llorar porque estaba en shock. Me sangraba el brazo por abajo porque el hueso había roto la piel. Me acuerdo que vi a Fede Marín con la cara de impresionado y dije me jodí”. Fue muy importante en la temporada de Liga Nacional del Cervecero.

“Papá no quiero saber nada, no juego más” fue la frase que le salió en aquel momento. Pero eso no lo frenó y él siguió.

Ya en 2015, Vildoza no pudo estar en la preselección que jugó el Preolímpico de México por una fractura por estrés del quinto metatarsiano. Su temporada finalizó con un enorme rendimiento en su última campaña en Quilmes.

En 2020 fue intervenido por una lesión acromioclavicular en el hombro derecho y terminó como el MVP de las finales de la ACB.

En 2021 sufrió la lesión conocida en el pie derecho, que sufrió a principios de año y de la que se operó luego de la Summer League con New York Knicks. Termina la temporada en Milwaukee Bucks, cumpliendo su sueño de debutar en la NBA y jugando como si estuviera en su Quilmes de Mar del Plata.

Cumple sus sueños quien pelea, si lo sabrá Luca Vildoza.