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Manu Ginóbili: creador de sueños

01:53 10/09/2022 | Emanuel Ginóbili ingresará este sábado a las 8 de la noche al Hall of Fame. Una carrera intachable, sin baches, y un comportamiento ejemplar, las bases de su éxito.

Ginóbili, el mago de los sueños imposibles (Getty)

Reconozco que a lo largo de su carrera de casi 25 años, hubo momentos en los que casi molestaba. No podía ser que no hubiese forma de encontrarle un traspié, un faltazo, una mancha, algo que lo convirtiera un poco más en argentino. Porque con toda la argentinidad que muchas veces desparramó en las canchas, Manu es bastante poco argento, si diferenciamos con claridad esas dos palabras. 

Siempre recuerdo un momento, que no fue un momento, fue una etapa, en la que las cosas pasaron demasiado vertiginosamente. Del Manu que vimos dos años crecer en Estudiantes, al del Mundial 98 que parecía que ya estaba a la altura, al que llegaba a través de la incipiente internet con noticias que hablaban que el flaco largo y saltarín parecía que seguía pegando saltos de calidad. 

Sin embargo, todo eso parecía dentro de lo probable. El grupo que integraba en la U22 ya había hecho cosas importantes, Fabricio Oberto había fichado en un club grande como Olympiacos (algo que solo alguien "lejano" como Hugo Sconochini había hecho antes), y él no era el más destacado ahí. Incluso cuando lo eligieron en el draft, en segunda ronda, al fondo, no pareció algo especial. ¿Quiénes eran los Spurs?

Pero un día, luego de fichar en la Kinder Bologna y, de golpe, retirarse Predag Danilovic, empezaron las señales. Pocos las vieron. La TV no estaba globalizada. Internet era muy simple aún. No existían smartphones y todo lo que hoy uno asume como natural, todavía no lo era. Entonces un día llegaron las finales de la Euroliga, justo el año en el que FIBA y Europa se distanciaron, y se dio la única final al mejor de 5 juegos de la historia. Y estaba llena de argentinos. ¿Qué, cómo?

Bah, eran 3, pero para nosotros era como si fueran 50. Nunca había pasado antes. Ginóbili por el lado de Kinder; Scola y Oberto en el Tau Cerámica. Nos regalaron 5 partidos y esos sí se vieron en vivo por ESPN. El mejor básquet FIBA del mundo mostraba a un argentino como el centro de la escena. ¿Cuándo había pasado esto? ¿Cuándo que no lo vimos venir? 

Porque lo más grandioso para que ocurriera lo que ocurrió, fue que Manu tuvo que creer que podía ser el mejor jugador de Europa. Pero en esos momentos, un argentino no podía creer eso. Esas cosas no eran posibles. Solo alguien con una mente distinta podía pensar que nada estaba marcado por el destino. Que todo dependía de lo que uno hiciera y de cuánto creyera, trabajara, confiara y se esmeraba por ir hacia allí. 

Una vez que rompió ese primer prejuicio (nuestro), y fue campeón de Europa, y mejor jugador del continente, y de las finales, lo que vino después fue un huracán que levantó a 40 millones de personas que se subieron a un sueño imposible que duró 20 años, que cuando llegó a la altura crucero hizo que todos nos sintiéramos cómodos en esa irrealidad tan creíble. 

El viaje fue tan perfecto que nadie se percató de que lo que estaba pasando no era normal. El piloto nos hizo entrar en esa dimensión paralela y durante dos décadas vivimos en un mundo que nunca había sido el nuestro. Un mundo de fantasía, plagado de inventos imposibles, como un oro olímpicos o campeonatos de la NBA, que generó que los inocentes que no se despertaban, se creyeran para siempre que todo eso había sido verdad. 

Lo curioso es que el viaje terminó, y la gran mayoría, todos, seguimos girando en esa nube de locura que solo existió por la mente de un pibe flaco y largo que nunca vio barreras por delante. O que, cuando las vio, jamás pensó que alguien de su origen no podría superarlas. Esta noche, cuando se pare y hable en Springfield, dando su discurso por entrar al Salón de la Fama, seguramente en algún momento sentirá la ráfaga del vértigo sintió en ese momento. Y valorará más que nunca el cómo lo consiguió.  

Gracias Manu por habernos subido a este sueño imposible e infinito. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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