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Aaron Addison Gordon nació en California y sus primeros pasos los dio en la escuela Arzobispo Mitty High School y desde muy joven comenzó a resaltar por sobre sus compañeros. En tres años en la escuela guió a su equipo a tres finales, de las cuales ganaron en las dos primeras. Gordon era tan versátil que defendió las cinco posiciones. Era una verdadera estrella.

En la NCAA apenas jugó una temporada para la Universidad de Arizona. Tuvo grandes actuaciones, ganó el MVP en el prestigioso McDonald’s All-American Games en 2013, pasó de ser una de las grandes estrellas de la secundaria a convertirse en una gran promesa universitaria con miras a la NBA.

Pero Gordon solo jugó un año en la NCAA, renunció a los restantes y se presentó al draft de la NBA. Fue parte de la recordada camada de 2014, en la cual lideró la elección el canadiense Andrew Wiggins, luego salieron Jabari Parker, Joel Embiid, cuarto fue elegido Aaron por Orlando Magic. Más atrás aparecieron Marcus Smart, Julius Randle, Zach LaVine, Nikola Jokic, entre otros.

A Aaron le costó adaptarse a la NBA. Orlando era un equipo que estaba en plena recuperación, deambulaba en la tabla de posiciones y desde 2014 hasta 2021 que Gordon estuvo en la franquicia, solo en las últimas dos temporadas pudieron alcanzar los playoffs pero cayeron sin atenuantes en la primera ronda.

La adaptación no fue fácil para Aaron. Recién a partir de la tercera temporada pudo comenzar a consolidarse en la rotación del equipo y tuvo minutos y participación destacada. Esa temporada, la 2016/17, contó con la compañía de Patricio Garino en Orlando, además de Evan Fournier, Terrence Ross, Nikola Vucevic, entre otros. Gordon tenía apenas 21 años.

Su protagonismo fue en alza hasta convertirse en un titular indiscutido de Orlando y uno de los jugadores más importantes del equipo, creciendo en protagonismo. Pero el Magic estaba en un recambio profundo y no lograba ser competitivo, solo en dos ocasiones pudo llegar a la postemporada durante la etapa de Gordon en Orlando y el jugador partió rumbo a Denver en medio de la temporada 2020/21.

Llegó a los Nuggets para ser titular. Rápidamente se acopló al equipo, se puso detrás de las grandes estrellas de Denver, entendió su rol y de a poco fue ganando protagonismo. Mostró su versatilidad para jugar el pick and roll con otro argentino, fue compañero de Facundo Campazzo, su talla y su contextura física lo tienen como un 3-4 de mucho peligro.

Encajó bien, encontró su rol, es el complemento ideal para Nikola Jokic, es la cuarta vía de gol del equipo detrás del serbio, Jamal Murray y Michael Porter Jr, pero en ocasiones gana protagonismo y puede ser la principal carta ofensiva, tuvo una mejora considerable en el tiro de tres puntos. Su faz defensiva es muy importante y destacada, lo está mostrando en la actual temporada y en estos playoffs conteniendo a Kevin Durant y en ocasiones a Devin Booker.

Si bien durante su estadía en Orlando ya se destacaba, participó en dos recordados torneo de volcadas del All Star Game perdiendo ambas finales, pero desde su arribo a Denver, se consolidó en la gran estrella del secundario y la gran promesa que fue en la NCAA.