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Antes de llegar a la NBA y convertirse en entrenador de los Lakers, JJ Redick tuvo una destacada etapa universitaria en Duke, donde brilló bajo las órdenes de Mike Krzyzewski y logró que retiraran su camiseta número 4. Sin embargo, no todo fue positivo. Redick reveló en un podcast recopilado por Sports.r que sufrió un fuerte acoso por parte de aficionados rivales: “Durante mi primera temporada pensé que no era normal que esto fuese un comportamiento en el baloncesto universitario (...) La gente me llamaba desde distintos números para decirme que querían tener sexo telefónico con mi hermana que tenía 12 años”.

El acoso afectó profundamente a Redick, tanto en su vida personal como deportiva. “Esta actitud me destrozó”, reconoció, explicando que se sentía malinterpretado: “Definitivamente no era un buen chico (...), era ambicioso, agresivo, a veces provocador, pero no el psicópata que muchos me retrataban”. El estrés y la presión lo llevaron a una crisis en su segundo año, al punto de casi abandonar el equipo y refugiarse en el alcohol: “Bebía entre 25 y 30 latas de cerveza. No dormía por las noches”.

Una frase del entrenador Krzyzewski marcó un punto de quiebre: “¿Sabes por qué no ganamos? Por ti. Porque gente como tú no merece ser campeona”. Aunque Redick admite que en parte tenía razón, también reconoce lo dolorosas que fueron esas palabras. Con el tiempo, logró madurar, encontrar equilibrio y transformar esa presión en crecimiento personal: “En mi tercer y cuarto año, me volví más tranquilo y equilibrado (...) Me estaban insultando y simplemente les devolví la sonrisa”.