Especial

Más que revancha, lo del Che García pareció venganza

23:27 27/02/2023 | El bahiense dijo post partido que no había sido un partido revancha y quizá sea cierto. Sonó más a venganza tras su patética actitud al final del partido.

El Che García festejando en andas tras ganarle a Argentina (Foto Julián Figueras, figuerassportsfotos.com.ar)

Este texto es opinión personal. Siempre sentí mucho afecto por Néstor García. Tiene una característica particular el Che, con todos: mujeres, hombres o niños. Es seductor y se hace querer. Aunque meta la pata más veces de las que la saca, como ha pasado en algunas ocasiones. Entonces uno olvida, deja pasar, perdona, y a la larga el círculo vuelve a empezar. 

Una muestra más de ese carisma magnético del Che fue cómo lo recibió el Poli anoche. Tras abuchear el ingreso de Dominicana al campo, apenas salió Néstor se pasó al silencio y al aplauso. No era poco, ya que lo que se jugaba en este partido era muchísimo. Pero hubo ese impasse entre la gente y su amado coach que permitió sacarlo de la contienda, aunque su presencia era un punto clave. 

Sin embargo, como casi siempre, su esencia pudo más. Jugó SU partido, y estuvo con las antenas enfocadas los 40 minutos (como nunca en su corto período con Argentina), aún cuando iban 17 abajo. Es más, en ese momento, un poco antes en realidad, en un tiempo muerto, García le dijo a sus jugadores: "Tranquilos, estamos 12 abajo y faltan 16 minutos. Ellos están en un buen momento. Va a venir el nuestro". Che 100%, sobre todo en Venezuela y Dominicana. En Argentina, ese sistema no le funcionó nunca, porque jamás logró que los jugadores le creyeran ese personaje. Pero ese es otro tema. 

Vayamos al punto central. El final. Faltando segundos, cuando el resultado estaba decidido, García empezó a saltar descontrolado en el banco dominicano, abrazándose a algunos de sus asistentes, a metros de los que hace 8 meses, en esta misma cancha, habían sido sus dirigidos, que estaban destrozados. A los que él les había fallado hace 8 meses. Porque, aunque Néstor nunca haya pedido disculpas, jamás haya aclarado los tantos y niegue (como niega otras cosas) lo que pasó en agosto del 2022, sabe perfectamente en el fondo de su corazón que al grupo al que le saltaba festejando le falló. De punta a punta. 

Varios de esos jugadores, incluso, que contenían las lágrimas y el llanto, no habían querido que Néstor fuera despedido. No todos, pero varios. Y la forma en la que el bahiense decidió mostrar su sentimiento de venganza, y no de revancha, quedó al descubierto por completo. García piensa que lo traicionaron. Que la CAB no debió echarlo. Que él no hizo nada malo. Un mecanismo de defensa muy habitual en las personas como él. 

Porque si algo no puede decir Néstor García, jamás, es que fue atacado. Al contrario, el periodismo (me incluyo), los jugadores, los dirigentes y sus propios colegas, siempre lo cubrieron. Por lo que hablábamos al principio. Por su don de hacerse querer. Claro que todo tiene límites. Agosto del 2022 fue uno muy claro. Y así y todo, casi nada de lo que pasó ahí salió a la luz. Lo que hizo anoche nos cuesta ponerle una palabra: ingratitud, desubicación. Nos vienen algunas más fuertes, pero no queremos que el sentimiento le gane a la reflexión. 

Una pena. Argentina se quedó sin Mundial (García fue uno de los responsables también de eso, no lo olvidemos, porque dirigió al equipo en 8 de los 12 partidos, perdiendo 2, uno decisivo ante Venezuela en Obras), y Néstor se privó de la chance de irse del Poli de la misma forma que había entrado. Ovacionado. Pero, repetimos, su esencia pudo más que él. Esta, querido Néstor, difícilmente la podamos olvidar.

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

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