Informe especial

Atenas y sus técnicos desde el 2010 en adelante: una historia inexplicable

11:43 18/12/2022 | La salida de Sebastián González no solo profundizó la crisis actual de Atenas, sino que marcó un nuevo capítulo en un punto central.

Magnano, Casalánguida y Arduh, tres momentos clave de la historia de Atenas con sus entrenadores (LNB Contenidos)

Hace poco hicimos un informe sobre la enorme cantidad de entrenadores que habían pasado por Atenas de Córdoba en los últimos años y hoy queremos entrar más en detalle de lo que ha ocurrido en el club cordobés, tras la salida de Sebastián González, que se esperaba fuera una vía de solución a un problema que cada día es más grave. 

Y para eso pusimos un punto de partida inicial que, creemos, empezó a marca el futuro de Atenas en el rubro entrenadores: el día que Rubén Magnano renunció en pleno Súper 8 en Mar del Plata, después de ganarle a Obras el primer partido de cuartos, el 18 de diciembre del 2009. Magnano había vuelto un año antes para tomar al equipo, después de muchos torneos malos del club y, tras el regreso de Felipe Lábaque a la dirigencia. Recordemos que, hasta la temporada 2000/01, Atenas nunca había bajado de semis, y que, en las dos previas (2006/07 y 2007/08), había terminado 8º y 9º, las dos peores ubicaciones de su historia. 

El cordobés los sacó campeones en la 2008/09 y ese sigue siendo el último título del club, que jugó luego dos finales más, en la 2009/10 y en la 2010/11, ambas con entrenadores distintos. Oscar Sánchez reemplazó a Magnano y jugó la definición (récord 24-15), pero no fue renovado, apostando el club por un joven Sebastián González (sí, el mismo que renunció antes de ayer), que ganó el Súper 8 de Formosa y también alcanzó la final, perdiéndola ante Peñarol. Su marca fue de 33-23. 

González arrancó la 2011/12 y tras 18 partidos fue despedido (récord 5-13), asumiendo luego Néstor García, que terminó la temporada con récord de 16-13, perdiendo el primer cruce de playoffs ante Regatas Corrientes 3-0. La posición final fue 12º (la peor hasta entonces). García tampoco renovó en el club y entonces llegó Alejandro Lotterio, hombre de la casa, exasistente de Magnano, para tomarlo en la 2012/13. A Lotterio no le fue demasiado bien. Se fue tras 41 partidos (20-21), completando el torneo Polo López (5-6), cayendo en cuartos ante Lanús 3-0 (posición final, 7º). 

Atenas decidió ir por otro hombre viejo conocido de la casa: Mario Milanesio. Ya había estado en los 90, pero su conocimiento de la cocina no le sirvió demasiado: duró 19 partidos (12-7) y fue reemplaazado por otro conocedor del club, que volvería años más tarde de nuevo, Marcelo Arrigoni. La Pepa terminó completó el torneo con marca de 13-16, perdió en la Reclasificación contra Quimsa 3-1 y finalizó 9º.

Pepa duró 4 partidos de la 2014/15 (1-3) y fue reemplazado por Pablo D´Angelo, que tampoco pudo hacer pie y se fue tras 13 partidos (5-8), para permitir el arribo de Gustavo Miravet, uno de los habituales entrenadores que Atenas buscó en las crisis. El Zurdo completó la campaña con récord de 29-14, levantando mucho al equipo, que llegó a los cuartos de final (acabó 7º), perdiendo 3-1 ante el luego campeón Quimsa. 

Miravet empezó la 2015/16, pero todo lo bueno que había hecho en la anterior se esfumó y un pésimo 6-18 lo condenó al despido, siendo reemplazado por el Negro Romano que, como el Zurdo antes, le dio una vuelta de rosca al equipo para convertirlo en protagonista, aunque lo que arrastraban no les permitió entrar en playoffs (posición final, 15, la peor de su historia). Pero para tener una idea, el récord de Romano, 20-12, fue el segundo mejor de todos los entrenadores de esa temporada, solo superado por Fernando Duró, de Olímpico. 

El comienzo de la 2016/17 fue otra vez insólito: Adrián Capelli duró 4 partidos (0-4), y fue cortado, volviendo Miravet al cargo, pero esta vez por corto plazo, ya que nuevamente fue despedido luego de 24 partidos (10-14). Entonces llegó el Turco Osvaldo Arduh, también recurso repetido de la dirigencia cordobesa para los malos momentos. Arduh lo acomodó un poco (12-15), pero Atenas volvió a quedarse afuera de los playoffs y finalizó 16º, rompiendo por segundo año seguido su peor ubicación histórica. 

Para terminar con esta historia, y por última vez, incluida la temporada actual, la dirigencia invirtió mucho dinero para armar un equipo de punta: fichó a Nico Casalánguida como coach, tres extranjeros de nivel (Meyinsse, Sims, Hobson), más jugadores importantes que hicieron un plantel aspirante al título nuevamente (Roquez Johnson, Logrippo, Cantero y los pibes que pintaban: Lema, Baralle y Chiarini). El resultado, claro, fue muy bueno: semifinales y tercer puesto. Fue la última temporada realmente buena de Atenas (marca 33-18).

Al año siguiente, Casalánguida tuvo que variar bastante al equipo y, pese a la llegada de jugadores nacionales importantes, como Walter Herrmann o Nico Romano, no hubo manera e increíblemente de aquella ilusión se pasó a uno de sus peores años: Nico fue despedido tras un arranque de 3-15 y llegó otra vez Arduh, que logró sacarlo del último puesto pero no de la Permanencia, donde tuvieron temple y le ganaron 3-0 a Quilmes. Sería la primera vez que Atenas estaba en esa situación. Obviamente, fue su peor posición histórica: 19º. Arduh terminaría con récord de 12-11.

La 2019/20, ya sabemos, se cortaría rápido, con Arduh manteniéndose en el equipo, pero sin poder resolver los problemas centrales. Al suspenderse la temporada por la pandemia, iban 17º, con récord de 10-15. Lo que pasó después fue terrible. Osvaldo Arduh falleció producto del Covid, siendo el único entre los participantes directos de la Liga Nacional en perder la vida, y eso conmocionó a todos. Para la temporada en burbuja, la 2020/21, Atenas decidió colocar a su hijo Nico como asistente de Cristian Colli, y mantuvieron a los dos pese a los malos resultados, otra vez. Atenas terminó 19º, otra vez jugó la Permanencia y otra vez no sufrió demasiado, ganándole 2-0 a Bahía Basket, mandándolo al descenso. 

El año pasado hubo un nuevo cambio de timón, fichando a Sebastián Saborido, que venía de hacer buenas campañas en Libertad de Sunchales. Los resultados se lo comieron en 9 partidos (1-8), y la posta la tomó el rookie Claudio Arrigoni, que enderezó un poco las cosas con los arribos de Guillermo Díaz y Deion McClenton en la segunda parte de la temporada, para zafar de los playoffs de la Permanencia. No más que eso. Terminó 13º y Arrigoni con récord de 14-15. 

Claudio empezó esta temporada, ya sabemos con qué suerte. Casi un calco de la anterior. Con marca de 1-7, Claudio tuvo que dejar el club, para permitir el arribo de Sebastián González, que también se fue luego de 7 derrotas. Aunque, releyendo este informe, usted podrá darse cuenta que esta es una historia repetida, nunca pasó tanto tan pronto.

Dos entrenadores afuera luego de 15 partidos es algo que, aun en las peores crisis, no le había pasado al club más ganador de la historia. Y, lo peor, es que las herramientas que le quedan para dar vuelta esto son pocas. No tiene más cambios posibles, más allá del extranjero nuevo ya fichado que arribará en enero, y no tiene entrenador. Elian Villafañe quedará, por ahora, como interino. 

La dirigencia no tiene tiempo para pensar demasiado. Necesita tomar decisiones que, al menos, enfoquen a un camino con alguna luz blanca en el fondo, porque los milagros no existen. En el año donde supuestamente estrenará finalmente su estadio propio en mayo del 2023, vive su peor crisis. ¿Está a tiempo de arreglarla?

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