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Durante años, sobre todo en la etapa de Vassilis Spanoulis, el Olympiacos fue el fantasma del Real Madrid en Europa. Sobre todo después del 100-88 que significó en el 2013 la última corona de los griegos en la Euroliga. Ese día, el Madrid empezó la final ganando 27-10 el primer cuarto, con baile, y terminó perdiendo 100-88 con un 27-39 letal en el último cuarto. Spanoulis hizo 22 puntos... todos en la segunda mitad. 

Al año siguiente el Madrid volvió a perder la final, esta vez ante Maccabi, y el ciclo de Pablo Laso, joven aún, tembló. Pero la dirigencia fichó a Chapu Nocioni para dar vuelta esa sensación de falta de carácter y, en la 2014/15, volvieron a enfrentarse en la final en Madrid, pero esta vez el Real lo mató 78-59, ganó la Euroliga después de 20 años (en 1995 también se la había ganado al Olympiacos con Sabonis como estrella) y rompió los mitos. 

Real Madrid volvió a ganar la Euroliga en el 2018, con Luka Doncic, y llegó a la final el año pasado, cayendo ante el Anadolu Efes. Olympiacos volvió a la final en el 2017 contra Fenerbahce en Estambul, la perdió, y el año pasado cayó en semis ante en Anadolu. Igual, es uno de los grandes de la historia. Si sumamos la ex Copa de Europa, el Madrid jugará su 20º final. Es el que más, y también el más campeón: 10. Olympiacos, en ese mismo orden, tiene 3 títulos más 5 finales. 

¿Qué puede pasar en esta final? Las semis demostraron que lo emocional, la experiencia y el temperamento y mentalidad, hasta ahora al menos, han sido más importantes que lo táctico. Ambos equipos cuentan con jugadores con mucha experiencia, con lo cual habrá que ver si eso se eliminan mutuamente o alguna prevalece. Es curioso: 5 jugadores de la final que coronó por última vez a Olympiacos en el 2013 se repetirán mañana: Sloukas, Papanikolau y Barzokas en el equipo griego, Chacho y Rudy en el Madrid. 

Ya no está Spanoulis y el que llega muy arriba es el Madrid, defenestrado hace 20 días cuando quedó 0-2 de local en cuartos ante Partizán, semiendiosado tras dar vuelta no solo el 0-2, sino la paliza que se estaba comiendo en el quinto (perdía por 17), y que terminó ganando. Por eso lo anterior muchas veces vale poco. Vale el hoy, el ya, el levantarse bien, el sentirse bien en el momento que se entra a la cancha.

En lo deportivo específico, si es posible separarlo de lo otro, un punto clave será ver qué hace Olympiacos con Tavares. Si busca defenderlo duro con Fall, su parecido más real en la Euroliga, o doblándolo, o si se lo banca solo para que no pueda generar para el resto. Todo es muy difícil. Los griegos demostraron un gran trabajo colectivo en todo el año y, de hecho, le ganaron los dos juegos que disputaron este año. 

Como dijo Silvio Santander en el programa 4 de Básquet Plus TV, el secreto de Olympiacos será tener a todos activos, porque no le sobra nada y no se podrá permitir actuaciones al 50%. El Madrid llega en su mejor momento del año en cuanto a confianza, pese a sus gigantescas bajas (Deck, Poirier y Yabusele), pero eso no le asegura nada. Hizo un gran desgaste en el partido ante el Barcelona, pero se lo notó confiado en el día libre. Duelo de mentes primero, duelo de juego después. Ojalá sea lo que promete. 

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a Kaunas, Lituania
En Twitter: @basquetplus