Historias

El Cholo Martirena y la carrera menos pensada

16:24 17/03/2022 | De chico no soñó dedicarse al básquet, llegó casi por casualidad y hoy se llena de orgullo cuando repasa el camino. La historia de uno de los apellidos fuertes del ascenso argentino.

El Cholo MArtirena y su último título con Los Indios en la Liga Metro (Foto: Prensa FeBAMBA)

En la vida siempre se tiene que estar atento para cuando se presenta una oportunidad, saber leer cuando el camino se abre y transitarlo. Así se podría decir que comenzó la historia con el baloncesto para Héctor Martirena, el Cholo, quien llegó desde 9 de Julio a Junín con un propósito y se terminó llevando una profesión de la cual van 15 años practicándola y contando.

El profesorado de Educación Física y su altura fueron el nexo ideal para que ese adolescente corpulento fuera persuadido por los entrenadores de San Martín de Junín para llevarlo al básquet, dado que su gusto por el deporte existía y ocupar su tiempo libre con la pelota naranja era una opción muy viable para ellos.

"De casualidad me metí de lleno con el básquet. Me fui a hacer el profesorado de Educación Física y por esas cosas de la vida me encontré con una posibilidad en San Martín. Tenía 17 años, no sabía lo que era la Liga Nacional y muchos menos la Liga B, solamente conocía un equipo que se llamaba Boca y otro que se llamaba Atenas, un flaco que jugaba con la nueve y que se llamaba Milanesio y otro con la cinco que era Campana, no tenía idea de nada", reveló el Cholo cuando estaba haciendo sus primeros pasos de una extensa carrera, sin saber y sin proponérselo.

“Mi historia es bastante atípica. Juego y he jugado en toda mi carrera con pibes que la rompen desde chico, que les gusta el básquet y lo toman como un modo de vida. Lo mío empezó siendo un hobbie, en inferiores no era ni el jugador número trece, sino que el dieciséis, nunca me destaqué, jamás, era el gordito que no jugaba nunca", agregó pero todavía faltaba para que San Martín se cruzará en su camino.

Cesar Merlo (hermano del Chuni), un entrenador que tenía el elenco juninense vio cosas en el Cholo que pueden andar, entonces le insiste para que vaya a jugar o mismo que no deje ir, a pesar de los parciales y horarios con el estudio. Ese reconocimiento está en la historia de Martirena: “San Martín es un club muy importante para mí porque me impulsó a abrir los ojos y ver que tenía posibilidades con el básquet. Cuando recuerdo los entrenadores que me marcaron de esa época además de Merlo, estaban Pepe Moreno, Papón Freston, Aldo Yódice, quienes fueron personas que me enseñaron un montón de cosas para que pudiera progresar día a día”.

Una vez establecido, Martirena le dice sí al básquet y va con todo, hasta con posibilidades de emigrar a GEPU en San Luis, pero por una cuestión de pase no puede ir. Pero no hay mal que por bien no venga, dado que en San Martín, a los dos años festejó su primer título, un ascenso a la Liga B, compartiendo equipo, entre otros, con el Loco Dubois y el Turco Abdala

Luego llegó el momento de salir a la ruta, a hacer ese camino que se abrió y en el Club Ciudad de Bragado consigue su segundo ascenso al TNA y con ello infinidades de aventuras con el básquetbol que lo llevaron a recorrer mucho la Patagonia, jugando para diferentes equipos y también con toques internacionales como sus experiencias enriquecedoras en Lima, Perú y en China, además de un corto paso por Bolivia.

“Realmente si vos me hubieses dicho que a los 17 o 18 años que iba a poder lograr cuatro ascensos, disputar tres o cuatro finales que me tocó perder, pero hay que jugarlas. Que iba a jugar en Bolivia, en Perú, que iba a conocer China con el básquet no lo hubiese creído, por eso que le estoy muy agradecido al básquet me abrió un montón de puertas y eso se valora un montón”, aseveró.

Lima y la experiencia inédita de jugar para los militares

“Tenía un concepto medio raro de los militares por todo lo que se habla en Argentina, entonces fui allá con un poco de temor y todo lo contrario, todo súper bien. Debe haber buenos y malos militares como en todos lados y como hay buenas y malas personas. Gracias a dios me crucé con gente muy buena y sentí en carne propia el amor que tienen el pueblo peruano para con Argentina. Todavía mantengo contacto con muchos de ellos”.

En lo deportivo le fue muy bien, a pesar de no haber conseguido el título del certamen limeño

“La mitad de mis compañeros eran soldados, la otra mitad civiles. Entrenamos en la escuela militar y tenían un estadio impresionante. La primera vez que entreno, el día después de haber llegado, conozco a mis compañeros en el vestuario. Al otro día era mi cumpleaños y no va que me prepararon un mini festejo que me sorprendió y me mostró en ese gesto el don de gente que eran. Ese año ganamos la fase regular, pero perdimos en semifinales, una lástima porque teníamos un gran equipo”, recordó el Cholo.

China, una experiencia fuera de lo común en todo sentido

Pablo Coleffi fue el entrenador encargado de juntar un combinado del ascenso nacional para viajar por muchas partes de China y representar a la Argentina en exhibiciones y si se habla de ascenso, Martirena era número puesto, además venía de ser el goleador del torneo en Ferro de Madryn.

“China se da cuando termino de jugar para Ferro de Puerto Madryn en el que salgo goleador del Federal y me llama Pablo Coleffi para armar un equipo combinado entre jugadores de la Liga Argentina y un par de Federal. Viajamos a China recorriendo distintas ciudades durante 23 o 24 días, jugando exhibiciones y representando a Argentina. Jugamos contra EEUU dos veces, Serbia dos veces y contra un equipo de la Liga A de China”

“Jamás en mi vida pensé conocer ese país, esa cultura, compartiendo con un hermoso grupo de chicos a los cuales había enfrentado muchas veces, pero nunca había tenido compañeros y además tuve el privilegio que me nombraran capitán del equipo. Una experiencia impresionante lo de China, conocer Shangai, Beijing, la muralla China, una locura todo ese viaje”, relató Héctor, mostrando su gratitud hacía por el básquet por haberle brindado esa oportunidad única.

Los Indios de Moreno, una de las últimas cartas en el mazo de los ascensos del Cholo

El elenco indígena, dirigido por Juani González, presenta otra vez una linda propuesta para la Liga Federal, viene de ganar la Liga Metropolitana y quiere más. Rodeo a un buen cúmulo de buenos proyectos de inferiores con jugadores de jerarquía para la categoría como Kevin Jerez Pilotti, Chiqui Paredes y por supuesto el Cholo Martirena como faro en el juego interior.

Sobre su elección de equipo para esta temporada indicó: “La realidad es que yo siempre priorice estar en equipos con pretensiones de estar arriba, no me importaba tanta la categoría ya sea Liga Argentina, Federal o Liga B como era algún momento. Los Indios los venía siguiendo, sabía que hace un par de años estaba apostando para tratar de estar en los primeros planos”

“Llegando al final de mi carrera, la realidad es que me encantan los desafíos y siempre es lindo estar en equipos con exigencias y tener una cierta presión entre comillas para conseguir algo. Acá se armó un buen equipo, a Kevin (Jerez Pilotti) lo había enfrentado varias veces y sin dudas es uno de los tres mejores bases del torneo y cuando se da la contratación de Chiqui Paredes, un amigo, se hizo todo mucho más fácil poder decir que sÍ a jugar en Los Indios”, remarcó

“El objetivo de Los Indios es ser protagonistas, obviamente que todos soñamos con el ascenso pero no hay que volverse loco. Hay que trabajar con humildad para ir tratando de lograr objetivos cortos y a corto plazo, hoy en día nuestro objetivo es jugar mejor al básquet de lo que venimos haciendo”, analizó el ex Ferro sobre la actualidad en Los Indios y para corroborar la chapa de candidato con la cuenta el equipo, el elenco de Moreno arrancó con marca de 7-0 en una de la zonas de FeBAMBA-Buenos Aires.

El orgullo de ser un jugador de ascenso y vivirlo como tal, no sin antes seguir soñando con más

"Ser un jugador del ascenso para mí es un trabajo, algunos años se disfrutan más, otros menos. Trato de disfrutarlo al máximo, más allá de que me siento muy bien  y que me siento útil dentro de la cancha, es una realidad que tengo 39 años y cuando no me sienta tan bien, me voy a dar cuenta que estoy llegando al final de mi carrera. Intento tomármelo con la seriedad que lo he hecho siempre, intentando transmitirle a los más jóvenes la experiencia y anhelo con toda mi alma intentar ganar algo más antes de retirarme, es un sueño que tengo"

Y el Cholito va, persigue su sueño de dar una vuelta más, mientras recorre la ruta desde Moreno a Chivilcoy varias veces en la semana esperando poder abrazar a su familia, a su mujer Camila y a su hijo Renato, sin olvidarse de Bruno, el mayor, de quien asegura “va a ser un crack”. Se prepara, se entrena y es como que se vistiese para la ocasión, porque si se trata de jugar una final sabe de que se trata y anuncia que en Los Indios quiere escribir una nueva página de gloria en su carrera, acaso la última y sería como todo cuento, con final feliz para una carrera enorme que no me empezó como tal y como dice la canción de Joan Manuel Serrat “se hizo camino al andar”.

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

En Twitter: @osoresmauro

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