Basquetplus.com

El Trash Talk nació casi que de la mano con la NBA. Medirse, retarse y hasta burlarse forman parte del circo histórico de la mejor liga del mundo, donde los jueces lo permiten y los jugadores lo suelen tomar como combustible para mejorar su juego o simplemente motivarse para competir cada noche. Gary Payton fue un excelso base que brilló en los Seattle Supersonics en los noventa y a partir de ser una superestrella reconocida, su lengua en la cancha fue cada vez más voraz contra todo aquel que le opusiera resistencia. Si no podía superarlo con el básquet (podía con casi todos) había que sacar la artillería desde el dialecto para incomodar y vaya que lo lograba.

Tras el retiro y habiendo conseguido su ansiado anillo con el Heat, Gary reveló que solamente unos cuatro jugadores  fueron capaces de estar a su altura en el lenguaje basura que utilizaba dentro de la duela.

“Bueno, quien quiera que fuera, por lo general, no me respondía”, comentó el Guante en una nota en Insane. Luego aseveró que cuatro jugadores le respondieron con la altura de lo que él les decía: “La charla basura con Reggie Miller fue buena, la de Michael Jordan también. Solo pude ver a Larry Bird dos veces en dos años, estaba lastimado la mayor parte del tiempo. Pero cuando estuvo en la cancha conmigo, tuvimos buen cruce. Era un charlatán y realmente yo no sabía que era así, pero estaba realmente engreído y arrogante. Venía hacia a vos y te decía donde iba a lanzar el balón y que lo iba a hacer en la cara y lo hacía. Esos tres fueron los principales, básicamente”.

Pasado el tiempo y ya siendo quizás un poco más veterano y abocado más  a la búsqueda de acompañar ya no como figura, pero si desde la experiencia conoció a un joven Kevin Garnett, quien también lo sorprendió con su labia basura. “Luego, Kevin Garnett entró en escena y comenzó a hablar. Simplemente fueron esos cuatro lo que realmente quería enfrentar porque sabía que iba a tener trabajando hablando. Me gustaban muchos esos cruces donde hablábamos mucho, además de jugar”.

Su impronta con el vocabulario basura era de temer hasta por los entrenadores del equipo contrario, recordó Payton: “La mayoría de los muchachos no decían nada o, si respondían, su les decía que se callaran, que me dejarán en paz para no despertar a la bestia (risas)”.

Saber hacer y proceder, así fue el baloncesto de Gary Payton en lo que respecta al lado B del juego. Un lengua larga que respaldaba todos sus dichos con una tonelada de talento, la mezcla justa para ser la superestrella que fue de la NBA.