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El día que la Liga Nacional se rindió a los pies de Atenas

18:00 24/05/2021 | 24 de mayo de 1998. Luna Park. La cúspide de la dinastía cordobesa. Campana, Milanesio, Oberto y uno de los mejores equipos de todos los tiempos.

Atenas dejó un legado único (Foto: Diario La Voz)

Los 90 fueron una época dorada de Atenas. Lo que soñaban se cumplía y no había utopías. Lo que querían, lo conseguían. Así de fácil, así de difícil. Esa fue la etapa en la que no sólo la rompieron los veteranos, sino también los más chicos, quienes empezaban a salir como hormigas en busca de provisiones. Fabricio Oberto, Leandro Palladino, Andrés Pelussi y Bruno Lábaque, entre otros, eran los más destacados y la cantera era una de las más proliferas del país y de Latinoamérica.

En esta ocasión el objeto de celebración es el título ante Boca en el legendario Luna Park de Buenos Aires. Sin embargo, para llegar a eso hay que contextualizar la cosa y todo empezó a crearse en 1996, cuando volvieron al club el campeón de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Rubén Magnano, y uno de los mejores de todos los tiempos, Héctor Campana.

Primero llegó la aparición en el McDonald´s Championship de París, Francia, en 1997, torneo en el que estuvieron a un triple de competir contra los Chicago Bulls de Michael Jordan y compañía. Así y todo, los de Córdoba se subieron al podio y demostraron que estaban para cosas importantes. Esas cosas llegarían un año después, cuando las quimeras ya parecían sólo objetivos y todo era concreto.

Luego de una temporada dominante, los griegos llegaron a los playoffs de la 1997/98 con toda la confianza. A pesar de eso, en cuartos de final tuvieron un duro desafío y enfrente estaba Olimpia de Venado Tuerto. Por fortuna, los de Magnano demostraron su corazón de campeón y eliminaron a su rival en el quinto y decisivo partido.

En la instancia siguiente la víctima fue Estudiantes de Bahía Blanca. Ese equipo bahiense era muy competitivo y uno de los más destacados era un tal Emanuel Ginóbili. Pero ni la mágica zurda de un delgado narigón, ni el talento de un equipo corredor pudo con la calidad de Atenas, que terminó liquidando la serie luego de ganar los tres primeros partidos.

Con aún más confianza que al empezar la postemporada, Atenas llegó a la final y estaba en el cielo. Boca lo sufrió desde el primer pitido de la serie. Los triunfos llegaron rápido y los dos primeros encuentros, que se jugaron en el Polideportivo Carlos Cerutti, fueron para los verdes por 89-87 y 103-88. A partir de eso, la serie se mudó a Buenos Aires. Los azules jugarían en el mítico Luna Park, cuna de los más grandes eventos de la historia del país.

En el tercer juego, los de Milanesio, Campana y demás lograron imponerse y dejaron la serie en match-point con un categórico triunfo por 96-87. Ese mismo día, un 20 de mayo de 1998, el empresario postal Alfredo Yabrán se suicidó en una estancia de su propiedad en Entre Ríos, lugar en el que se encontraba evadiendo una orden de detención que lo acusaba de haber instigado el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas.

En el último partido las tribunas explotaban y la previa tuvo de todo. En total había 10.000 hinchas en el Luna Park y el ruido era ensordecedor. La utopía estaba a punto de ser cumplida y la Liga Nacional vivía su momento más intenso, aquel que había soñado y dibujado León Najnudel hace no muchos años.

Domingo 24 de mayo de 1998 fue la fecha exacta de la gloria que le había sido esquiva a los de Córdoba. Hace cinco años que no ganaban la Liga y esa noche todo cambiaría. El nombre más importante de esa velada fue Oberto, que mostró un presagio de lo que grande que sería luego, convirtiendo 37 puntos y 10 rebotes que le permitieron a los de Atenas llevarse el triunfo y el título por 111-90.

Todo ocurrió un día como hoy. Todo pasó una noche en la que un equipo cambió las reglas, animándose a soñar y a hacer esos sueños realidad. Era un conjunto que se llamaba Atenas y lo suyo no fue mera casualidad. Más bien una causalidad, una razón de que las cosas, cuando se hacen bien, generan resultados. Y también títulos. Muchos títulos. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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