Liga Nacional 2020/21

Pepe Vildoza, ¿no te duele la cabeza?

17:12 16/05/2021 | Un viaje por el progreso del MVP de las finales para San Lorenzo. Su crecimiento ofensivo, la mentalidad ganadora y la eficiencia como máxima.

Vildoza no pudo ser controlado en las finales (Foto: La Liga Contenidos)

Triple por acá, bandeja por allá, asistencia desde un lugar y sutileza de otro juglar. El extranjero celeste y blanco, el foráneo de engaño, el zurdo, el lírico, la oda a la técnica individual, la fantasía de cualquier entrenador.

Pepe Vildoza, ¿no te duele la cabeza?

Fuiste la figura de las finales, no solo el MVP, sino uno de los jugadores más determinantes, que nunca le tuvo miedo al gran escenario, a los contratiempos ni a los adversos resultados. En serio, ¿no te duele la cabeza?

Promediaste 20,2 puntos en la instancia decisiva y apareciste como el talismán, el que rompe los moldes, el que aporta la creatividad necesaria en una falange defensiva táctica extraordinaria. Te llevaste una medalla para tu mamá, pero la tuya para siempre en tu corazón deberá quedar. 

Apenas 25 años, una veteranía de 45. Un salto que se consolidó en la final, pero empezó hace mucho, cuando la 2020/21 amenaza con nunca iniciar. Pasaste de promediar 9,3 puntos, 2,3 rebotes y 2,9 asistencias en 22,1 minutos en la 2019/20, con un porcentaje de uso 21,7% que reflejaba que podías ser mucho más eficiente e impactante. Y así fue. 

Tan alto fue el salto y tan plácidamente la caída que parecés continuar durmiendo, o soñando despierto. 15,2 puntos, 3,1 rebotes y 4,3 asistencias lo justifican y le hacen justicia a la quimera que es tu existencia. 

Mejoraste tu tiro (de 27,1% en la 2019/20 en triples a 36,6% en la actual), tu relevancia (un HOB de .210 a .325) y el cuidado del balón (un aumento claro en el ratio de asistencias/pérdidas 1,80 a 1,97) sin olvidarte lo principal que debe tener un guardia en el básquet del presente, que es la relevancia anotadora. ¿Cómo hiciste para juntarlo todo? ¿No te duele la cabeza? 

 

 

Elegancia, clase, una cátedra continua. La culminación de un cuento que no fue tan cuento, la hinchazón de un sapo humano, un esfuerzo no en vano. ¿Adónde te vas? ¿Te vas a despertar de nuevo? ¿Te duele la cabeza?

Tu cama parece una cucheta y los chichones una ley despareja. El techo de arriba se rompió y no es mejor quedarse quieto.

 
Quemá las turbinas, buscá nuevos horizontes y nunca, pero nunca, dejes de preguntarte si te sigue doliendo la cabeza.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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En Twitter: @nachomiranda14

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