Informe

La rigurosa preparación de Canavesi para Argentina en el Mundial de 1950

20:58 28/10/2020 | Repasamos la innovadora manera de entrenar del seleccionado nacional que se consagró en territorio doméstico.

Los campeones festejando tras el triunfo ante Estados Unidos (Foto El Gráfico)

Jorge Canavesi o simplemente el profesor. Tuvo el placer, el privilegio y la oportunidad de dirigir al mejor equipo argentino del siglo XX, al que le impregnó sus características, amoldándose a la realidad de sus protagonistas y convirtiendo sus debilidades en fortalezas. El motivo era el Mundial de 1950 que se celebraría en territorio nacional y el desafío no era para nada fácil, pero el coach decidió probar una novedosa forma de trabajo. 

"Tuve que crear personalmente figuras metodológicas nuevas para poder compensar las falencias físicas; teníamos que superar la mayor velocidad de reacción y la estatura que tenían los rivales. Ya lo habíamos visto en Londres. Tuve que adaptar métodos de EEUU a la idiosincrasia del jugador argentino. Nos apoyábamos en la traducción de los libros de Claire Bee y en todo lo que llegaba de Suecia y Alemania que traducía Marta. A esa información le agregamos creatividad”, contó Canavesi en Bodas de oro de una hazaña, un artículo del colega Alejandro Pérez, publicado el 2 de noviembre del 2000 en el diario Clarín. 

¿De qué manera era esa metodología? Simplemente arrolladora: "Entrenábamos y concentrábamos en River. Durante tres meses hicimos 6 horas de entrenamiento diario. Repito, 6 horas. Es un orgullo saber que el trabajo fue de avanzada. Teníamos 1 clínico, 1 ortopedista y 4 kinesiólogos a disposición. Muy importante. Llevamos a los muchachos a correr todos los días hasta el hipódromo para que pudieran tener fondo. La ecuación era simple, por más que hiciéramos fuerza y trabajo de gimnasia en los espaldares, con toda la aparatología que recomendaban los suecos, jamás íbamos a poder competir con éxito si no teníamos fondo. Si queríamos ganar, teníamos que correr más que todos"-

Finalmente, el entrenador relató la tecnología de vanguardia que se aplicaba no solo en lo físico: "Entrenábamos también las tácticas que íbamos a emplear: ofensivas contra zona, defensa hombre a hombre, presión en toda la cancha. Tengo vanidad de haber solucionado el problema de la altura, el cual sufrimos en el ´48 y que solucioné haciendo que los muchachos practicaran la toma del rebote en dos tiempos, después de cachetear la pelota. Otro de las herramientas técnicas que mejoramos fue el jump shot, que para la época fue un avance tremendo y al cual le agregamos el quiebre de muñeca. Se trabajaba muy bien y los resultados estuvieron a la vista. Los jugadores nos iban creyendo a medida que veían que sus números (llevábamos planillajes estadísticos de todo), mejoraban con el esfuerzo diario. El programa se completaba con una serie de salidas culturales y complementarias al entrenamiento que todo el equipo hacía y que nos venía muy bien para airearnos un poco".

Así fue que Argentina logró avanzar hasta la última instancia para derrotar a Estados Unidos 64-50 y quedarse con la Copa del Mundo, demostrando siempre esa intangible alma que compensa algunos bajos centímetros con garra, corazón, sudor y gloria. "Me jacto de haber creado la mística de un equipo singular", sentenció el gran Canavesi.

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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