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Tres momentos en los que Campazzo se plantó contra gigantes

17:36 31/03/2021 | El base de los Nuggets jamás se escapó de un desafío que parecía perdido. En la Liga, en la selección o en Europa, los ejemplos son múltiples.

Campazzo ante Diamantidis, Jordan y Bryant

"Su defensa, su tenacidad... No le importa si mides 2.10 metros como Ben, Facu no sabe echarse atrás, es un chico duro y va a asumir ese desafío mirando al frente y por eso tiene el respeto de todo el vestuario".

Palabras mayores de Michael Malone, el entrenador de los Nuggets. Se está refiriendo a Campazzo y está describiendo el hecho que ocurrió anoche en el partido en el que los de Colorado se enfrentaron en el Ball Arena ante los Sixers. 

En el minuto 7:09 del segundo cuarto el argentino estaba realizando una defensa de presión y Ben Simmons le quiso poner una cortina ciega, pero Facu se endureció, aceptó el contacto y mandó al piso al australiano con potencia. 

Esa situación fue un gran ejemplo de la valentía de Campazzo, quien jamás en su carrera denegó un desafío ante una liga, un equipo ni, mucho menos, contra un basquetbolista más grande que él. A continuación, tres acciones en las que el base se midió ante gigantes.

Frente a DeAndre Jordan en los Juegos Olímpicos de Río 2016
En una esquina un pivote de 2.11. En la otra un ignoto armador de apenas 1.79. 32 centímetros y, también, 32 kilos de distancia. Uno era norteamericano, el otro argentino. Esa noche no hubo Guerra Fría y la situación erosionó hasta el punto de casi causar una explosión. David y Goliat, Apolo y Dionisio, el Yin y el Yang. DeAndre Jordan y Facundo Campazzo.

En el calendario se podía atisbar el 17 de agosto de 2016. Argentina se enfrentaba a Estados Unidos por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río y, por un instante, ese duelo de alturas divergentes se robó el show. El armador que en ese momento defendía al Murcia de España estaba loco y no dudó en plantarse ante quien por ese entonces se encontraba en los Clippers.

¿Qué pasó? Cuando faltaban 6:06 minutos para que termine el tercer cuarto, con el partido ya dominado por Estados Unidos (73-53), DeAndre empujó a Campazzo, provocando que el cordobés se caiga al piso y se golpee la espalda con Kyrie Irving, ahora compañero de Jordan en los Nets de Brooklyn. 

 

 

El argentino se paró con celeridad e inmediatamente fue a pedirle explicaciones cual chico a un niño de otro grado superior por molestarlo en el patio del colegio de una escuela. El hecho duró no más que un respiro, pero quedó retratado para siempre en el lente de un fotógrafo de la agencia AFP. 

Frente a Dimitris Diamantidis en la Euroliga 2015
Cancha repleta. De un lado camisetas verdes, del otro, blancas. Gente sentada, ya serena luego del aluvión que significó el juego. Todo estaba dicho y el partido hace mucho había dejado de ser tal. Real Madrid tenía la ventaja en una nueva fecha de Euroliga y no iba a dejarla ir (81-63). La Casa Blanca se encontraba en paz y los palos del Panathinaikos se desgastaron al punto de que no podía continuar remando.

La situación forzó a Pablo Laso a caer en un movimiento habitual en los entrenadores de todo el mundo: colocar a los jugadores del fondo del banco de suplentes. El chico era un argentino y pocos se atrevían a pensar lo que lograría después. Se llamaba Facundo Campazzo y a falta de 56.8 segundos para que termine el encuentro le tocó la difícil tarea de defender a Dimitris Diamantidis, uno de los mejores basquetbolistas en la historia de Grecia. 

El forcejeo empezó desde el primer movimiento de pies. Diamantidis, que jugaba de guardia, tenía la costumbre de postearse para aprovechar su plus de centímetros ante exteriores más pequeños. El griego pensó que la iba a tener fácil ante el por ese entonces desconocido Campazzo. Pero nada de eso... Tres segundos bastaron para que Facundo le haga una llave que lo puso con la cabeza en el piso, en una acción sumamente peligrosa. 

 

 

La repercusión, al igual que la acción, fue inmediata. Diamantidis fue a buscarlo para confrontarlo. El helénico estaba enloquecido. Entre compañeros y rivales intentaron detenerlo y por suerte lo consiguieron. Mientras tanto Campazzo levantaba sus manos en señal de protesta y Andrés Nocioni, el otro argentino en Madrid, intentaba explicarle lo que pasó a Dimitris, riéndose tímidamente como un padre orgulloso de lo que su hijo había hecho. 

Jayce Carroll, Sergio Rodríguez y Nocioni calmaron al enfurecido griego y la cosa no pasó a mayores. No obstante, Campazzo fue el primero en salir a confesar que lo que hizo estuvo mal. "Contento por la victoria de ayer, pero no tanto por cómo terminó el juego. Quiero disculparme, ya que soy un deportista y mi acción con Diamantidis, pese a la tensión que tienes en el partido, no estuvo bien. Pido disculpas a mis compañeros, a la afición y a Diamantidis", expresó en un tuit el argentino.

Más allá de lo bueno y lo malo de la situación, esa fue su carta de presentación y Campazzo luego demostró que podía reinar en Europa. Se fue a Murcia para continuar creciendo y después regresó para adueñarse del Real Madrid, sorprendiendo a todos por otros motivos, haciendo ruido con lujos y títulos, no con golpes.

La tapa ante Kobe Bryant en julio del 2012
Si bien no es un choque violento, el argentino se animó a desafiar a uno de los más grandes de todos los tiempos. En el hecho recordado en esta noticia todavía era uno de los jóvenes más prometedores del país y así lo demostraría en el partido ante Estados Unidos en julio del 2012. Ambos conjuntos se entrenaban para los Juegos Olímpicos de Londres de ese año y decidieron enfrentarse para continuar preparándose para uno de los torneos más importantes del mundo. 

Estados Unidos tenía una plantilla demoledora, con nombres resonantes como Kobe Bryant, Kevin Durant y LeBron James, entre otros. Producto de tanto talento, los norteamericanos comenzaron a sacar diferencias rápidas en el marcador en el segundo cuarto y, con siete minutos restantes en el periodo, la diferencia era de 18 puntos (37-19).

En ese preciso instante la ofensiva estaba en manos de Kobe Bryant y lo defendía Manu Ginóbili. El escolta de Los Ángeles pidió el aclarado y decidió atacar al zurdo. Primero rompió la primera línea y llegó hasta la pintura para luego dar un giro que desestabilizó al argentino. Todo parecía indicar que lanzaría cómodamente desde una de sus zonas de confort, pero, en una décima de segundo, Campazzo soltó a su marca y realizó una rápida ayuda, poniéndole una leve pero mortífera tapa que le permitió a los sudamericanos quedarse con la pelota y salir en transición.  

 

 

¿Cómo lo consiguió? Carlos Delfino detalló lo que pasó en una entrevista con el portal Enganche. Luego de la acción, según contó el argentino, todos le preguntaron qué secreto utilizó y el base, confeso devoto de la PlayStation, tal es así que tiene un tatuaje de los cuatro botones del joystick de la consola, esbozó: "Es que yo juego a los jueguitos y él siempre hace ese movimiento”. 

Era un amistoso, pero el de Córdoba estaba enfocado. Sabía que Kobe Bryant siempre hacía ese movimiento y lo tenía bien controlado. Inteligencia, puntualidad, velocidad y lectura a través de estudios a sus rivales. Facundo Campazzo y un ejemplo más de todo lo que hay que hacer. Sí, incluso en un partido que no tenía premio. Alma y espíritu salvaje. Alma y espíritu del seleccionado nacional.

Esas imágenes son radiografías de la personalidad de Campazzo, siempre listo para instaurarse enfrente de cualquier desafío, problema o contratiempo. Irreflexivo, confiado, desquiciado. No puede ganar, pero lo va a hacer, cómo sea y dónde sea. Es una marea. Está piantao, piantao, piantao.   

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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