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Los Angeles Lakers y Phoenix Suns se enfrentaron ayer en un duelazo. El enfrentamiento se vio perjudicado por la ausencia de dos estrellas debido a lesiones, Devin Booker y Bradley Beal, pero los dos que dijeron presente, LeBron James y Kevin Durant, dieron un recital en el triunfo de los Lakers.

Cada uno de ellos tuvo momentos destacados, se involucraron en un emocionante cuarto periodo y crearon suspenso hasta el final. Cinco años en total pasaron LeBron y Durant sin compartir la cancha hasta anoche, una pausa causada por lesiones en ambos. "No nos quedan muchas confrontaciones", dijo James. "Dos de los mejores jugadores que jamás hayan jugado este juego", respondió Durant.

Los Lakers necesitaron a un jugador en su 21ª temporada jugando durante todo el cuarto periodo contra un equipo que echaba de menos a dos estrellas para ganar el segundo partido de la temporada. Eso dice algo sobre los Lakers y habla mucho de James. No solo sobrevivió, sino que prosperó y mostró una vigencia incorrompible.

Cuando Anthony Davis no pudo tomar las riendas en el cuarto periodo de ese juego, James y los Lakers aparentemente cambiaron de estrategia contra los Suns. Y sin duda, el ego estaba en juego; una derrota ante los Suns con bajas y contra Durant habría sido inaceptable para James.

LeBron anotó 10 puntos en el cuarto periodo, puso a los Lakers al frente al atacar el aro ante dos defensores para una bandeja y luego agregó otro punto desde la línea de libres. Para un jugador que cumplirá 39 años en diciembre, El Rey terminó jugando 35 minutos con un propósito determinado: ganar un juego crucial de local para mostrar que los Lakers son candidatos.