Informe

Andrew Bynum, esa estrella fugaz que desapareció de la NBA

09:28 28/10/2020 | El interno cumplió ayer 33 años, pero no juega desde los 26. Fue campeón con Los Ángeles Lakers en dos ocasiones bajo el liderazgo de Kobe Bryant.

Andrew Bynum en su paso por los Lakers. (Foto: Clutch Points)

Las lesiones han sido las grandes responsables de que, en muchas ocasiones, grandes jugadores llamados a dominar la NBA no pudieran hacerlo por sus problemas físicos. Uno de los casos más representativos es el de Andrew Bynum, aquel joven interno de Los Ángeles Lakers que tuvo que dejar la actividad repentinamente por sus rodillas. Ayer cumplió 33 años, pero no juega oficialmente desde los 26.

El pivote fue seleccionado por la franquicia angelina en el puesto diez del Draft de 2005 y se transformó en el jugador más joven en debutar en la competencia estadounidense, con 17 años y 244 días. Rápidamente, emergió como un interior versátil capaz de impactar en el desarrollo de un partido de varias formas. Atravesó los primeros años sin éxitos colectivos, pero entre 2008 y 2010 llegó a tres Finales bajo el liderazgo de Kobe Bryant. Las dos últimas terminaron con la consagración de los de California y él fue uno de los factores vitales del título.

En 2012 fue parte del All-Star Game al promediar 18,7 puntos, 11,8 rebotes y 1,9 bloqueos. Sin embargo, esa fue prácticamente su despedida de la élite. Pasó a Philadelphia 76ers, pero no pudo jugar ni un sólo partido debido a que sus rodillas comenzaron a deteriorarse. Algunos anunciaron que sufría de artritis. Volvió en la temporada 2013/14, pero apenas disputó 24 encuentros con Cleveland Cavaliers y dos con Indiana Pacers.

Tras ocho campañas, Bynum tuvo que dejar de jugar profesionalmente por sus lesiones. Constantes cirugías que no mejoraron la situación hicieron que se quedara afuera de las consideraciones de las franquicias y, aunque hasta 2018 intentó volver, jamás pudo hacerlo. Se fue con una media de 11,5 tantos, 7,7 rebotes y 1,6 tapones por juego, así como también con la incertidumbre de saber qué habría pasado si hubiese podido continuar con su ascenso.

 

 

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