Informe especial

Baskonia, el club de las oportunidades

08:44 04/07/2020 | El equipo vasco sabe que no puede competir contra los grandes desde lo económico, entonces utiliza la inteligencia, la intuición y el olfato. Y así les juega y, a veces, les gana.

Nocioni, Scola, Prigioni, Larkin y Bertans

Quizá en público ningún dirigente lo reconozca, pero si se le asegura discreción, dirá que el colega más capaz de España es Josean Querejeta. El actual presidente del Saski Baskonia, de 63 años, hizo todos los pasos hasta llegar a su puesto actual. Fue jugador del club antes de que el torneo español fuera la Liga ACB, fue parte de la transición a la ACB con el Caja Alava y se retiró tras la temporada 1987/88, con solo 31 años, ya teniendo el Baskonia un nombre que lo caracterizó durante mucho tiempo: Taugrés. 

Al poco tiempo de retirado, Querejeta entró como presidente del club, y su primera decisión fue convertir al club en la primera sociedad anónima deportiva (SAD) de España: Club Deportivo Saski-Baskonia S. A. D. Desde 1988, entonces, maneja las riendas del Baskonia. Para algunos, es intransigente, pero para otros, es un adelantado y nadie se le acerca en capacidad de gestión en el país. 

La realidad es que Querejeta ha conseguido en estos años poner al club como uno de los grandes de Europa siendo de una ciudad pequeña como Vitoria y, por eso, ser poseedor también de una de las 11 licencias fijas de la Euroliga. Además de ver el negocio como pocos, Querejeta supo rodearse y conseguir elementos que lo complementen, ya que él es también un gran conocedor del juego. En ese esquema, una persona clave en estos 30 años ha sido Alfredo Salazar, secretario técnico en cuanto a la formalidad del cargo. Los ojos del club, en la realidad. 

Desde mediados de los 90, con la irrupción de la Ley Bosman que revolucionó el deporte mundial, Baskonia, con Salazar a la cabeza, salió a buscar por el mundo jugadores que le permitieran competir contra los grandes, pero sin tanto dinero. El idilio con Argentina, de todos modos, venía de antes. Salazar había viajado a nuestro país a mirar jugadores y se había llevado a Marcelo Nicola y a Walter Guiñazú muy jovencitos, con la idea de que luego consiguieran la ciudadanía española para jugar como nacionales. 

Con la Ley Bosman, la relación con Argentina se potenció de forma exponencial, ya que no era necesario esperar para que jugaran como locales. Ahora, solo con el pasaporte europeo, podían hacerlo, entonces empezó el éxodo hacia Vitoria, ciudad que comenzó a ser un nombre habitual en la Argentina. El primero fue Juan Espil, pero pronto llegaron otros, los que cambiarían la historia del club: Luis Scola y Andrés Nocioni. 

Baskonia, con ellos, empezó a utilizar un sistema que le daría los mejores resultados. El lema podría resumirse: no tenemos mucho dinero, pero vamos a darte un lugar en la mejor competencia de Europa aunque seas joven o desconocido. En eso, el ojo de Salazar fallaba poco. No solo con los argentinos, sino con los americanos y los propios europeos, sobre todo cuando se abrió la comunidad europea al Este y dejó de venir a la Argentina para empezar a buscar proyectos allí o en África. 

La cuestión es que, cada años, en el Baskonia fueron apareciendo jugadores que luego fueron estrellas, gracias al anticipo que el club siempre logró ante los grandes. Es más, en muchas ocasiones, el Baskonia los terminó vendiendo, porque nunca dudó en aprovechar la oportunidad de sacar dinero de un jugador, se llamara como se llamara y aunque fuera el ídolo máximo, como cuando negoció a Chapu Nocioni con el Madrid en el 2004. Luego le terminó sacando una gran tajada por su salida a Chicago Bulls. 

La lista de jugadores que han pasado por Baskonia antes que por otros grandes es interminable: Bennett, Oberto, Nocioni, Scola, Prigioni, Macijauskas, Splitter, Teletovic, Nemanja Bjelica, Heurtel, Causeur, Pleiss, Hanga, Shengelia, Davis Bertans, Mike James, Darius Adams, Shane Larkin, Voigtmann, Beaubois, Poirier, Vildoza, Garino, Hillard, Shields... Y vendrán más, sin dudas. 

La clave siempre fue parecida. Aunque en algún momento tuvieron más dinero y pagaron mejor, Baskonia tiene un atractivo que otros no tienen. Saben que allí tendrán una enorme oportunidad, y que del jugador dependerá en general si la aprovecha o no. Todos los años los mejores se van tras ofertas superiores, pero el Baskonia sigue. Alguien reemplaza al que se va y toma el reto de ser el próximo. Ese es el secreto. Parece interminable. No lo es. Pero ningún otro equipo lo sabe. 

Compartir