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Este sábado por la tarde se confirmó lo que muchos esperaban y otros deseaban desde hace unos días: el fichaje de LaMarcus Aldridge en San Antonio, transformándose en la nueva figura de un equipo que las tiene tanto entre los jóvenes, como entre los veteranos.

En ese sentido, Aldridge aparece en un intermedio con 29 años de edad, lejos de los +33 de Tony Parker, Tim Duncan y Manu Ginóbili (en caso que regrese a los Spurs) y de los 24 de Kawhi Leonard. El ex Portland ha sido elegido a cuatro All Star Games de forma consecutiva y se encuentra en la plenitud absoluta de su carrera.

Está claro que Aldridge es una apuesta para que el equipo siga competitivo y peleando arriba en los próximos años, más allá de los eventuales retiros de algunos de sus históricos. En ese sentido, el nacido en Dallas es un fichaje bastante seguro, al haber demostrado una regularidad a lo largo de su carrera que no deja de ser destacable.

Cuando hablamos de Aldridge, hablamos de un jugador que si bien mide 2,11 metros, se siente mucho más cómodo jugando de ala pivote que de pivote, especialmente por cuestiones defensivas. Por eso, la dupla con Duncan, mucho más apto para marcar y jugar dentro de la zona pintada en ambos costados, tiene un potencial interesante.

Lo mejor de la nueva estrella del plantel de Popovich pasa por su enorme capacidad técnica y talento superlativo. No hay demasiados hombres grandes en la liga con su variedad de recursos. Si bien siempre ha sido conocido por su muy certero lanzamiento a media distancia, también es un jugador dominante de espaldas al aro y que le ha agregado agresividad a su juego. 

Cuando llegó a la NBA estaba en una clara desventaja física y era tildado de un jugador algo blando. Sin embargo, las críticas lo fortalecieron y con el paso del tiempo, fue ganando esa agresividad de la que hablamos, la cual puede verse reflejada en su alto intento de libres por partido y en su importante suba rebotera.

Quizá la mayor interrogante con respecto a Aldridge pasa por cómo se adaptará al ataque de San Antonio. En los Blazers, el ala pivote recibía una enorme cantidad de aclarados (jugadas de 1 vs 1 con el resto abierto) por encuentro, ya sea en el poste bajo o alto. Cada vez que Portland precisaba puntos con urgencia, sabía que podía darle la bola y que de alguna forma u otra, iba a responder. La ofensiva de los Spurs, bien sabemos, pasa por otro lado.

Aldridge deberá hacer la transición a un juego más en conjunto y encontrar su lugar dentro de la maquinaria que es San Antonio. Igualmente, Popovich sabe aprovechar el talento que tiene entre manos y si bien probablemente no vaya a abusar de las situaciones de aislamiento, tampoco las va a dejar de lado en caso de necesidad. Con jugadores con la resolución individual de Aldridge, es imposible hacerlo.

Defensivamente, el salido de la Universidad de Texas también ha mejorado con las temporadas pero no pasa del promedio para su puesto. Tiene manos rápidas y brazos largos, pero no es el marcador más fundamentado o intenso, aunque reiteramos, tampoco es malo ni llega a un punto de costarle a su equipo.

Un punto donde Aldridge encaja perfecto en San Antonio parece ser su personalidad. Siempre se ha mantenido alejado de las polémicas, es correcto en el campo de juego y ha sido destacado como un buen compañero. Todo esto es fundamental dentro de la cultura Spurs y no es un factor a menospreciar.

Otra cuestión a favor: en las últimas campañas, siempre ha elevado su nivel en la juegos grandes y en los playoffs, además de ser toda una referencia a la hora de cerrar partidos. Sin ser el típico lider, ha mostrado en muchas ocasiones tener sangre fría para los momentos más calientes.

En resumen, todo el interés que se había generado en el último tiempo por Aldridge parece estar justificado: se trata de una apuesta segura, que tendrá un impacto inmediato y automaticamente, eleva la calidad del plantel de San Antonio. Ahora veremos como le va, pero en un principio, las noticias son excelentes para el campeón de la campaña 2013/2014.