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Donovan Mitchell, la estrella de la NBA que quería jugar al béisbol

12:15 24/08/2020 | El escolta de Utah Jazz soñaba con ser una figura de la MBL, pero una lesión lo obligó a dejar ese deporte. Un repaso a su historia.

Foto: Getty Images

Parece imposible pensar que un jugador del nivel de Donovan Mitchell no estuviera destinado a jugar en la NBA. Sin embargo, su historia demuestra lo contrario. Acostumbrado a estar inmerso en el deporte desde muy pequeño, su sueño no era ser parte de la mejor liga del mundo. El joven imaginaba un futuro en la Major Baseball League. ¿Cuándo decidió dedicarse exclusivamente al básquet? ¿Cómo encaró este camino? Su pasado permite saberlo.

El actual escolta de Utah Jazz nació el 7 de septiembre de 1996 en Elmsford, Nueva York. Su amor por el béisbol encuentra su origen en la figura de Donovan Mitchell Sr, su padre. Este fue miembro de las ligas mayores y continuó su carrera como ejecutivo de los New York Mets. El niño deseaba ser un pitcher en la MBL y seguir los pasos del hombre de la familia. Talento no le faltaba: muchos lo veían con serias chances de convertirse en un prospecto de lujo.

Pero, cuando menos se lo esperaba, la vida le cerró esa puerta. En su segundo año de secundario, luego de ser reclutado para jugar tanto al básquet como al deporte del bate, se quebró la muñeca al chocar con su propio compañero mientras intentaba agarrar una bola. Finalmente resignado y por consejo de su madre, Mitchell cambió definitivamente el guante por la anaranjada. También cambió de escuela: llegó a Brewster Academy para intensificar su relación por la pelota. Allí fue cuando eligió el dorsal 23 para homenajear a Michael Jordan, uno de sus ídolos. SIn embargo, decidió cambiarlo por el otro que el exescolta utilizó cuando volvió de su primer retiro. Ese, el 45, es el que viste desde entonces.

El joven perimetral se mostró muy maduro desde aquellos años. A pesar de que se había comprometido con la Universidad de Louisville luego de grandes actuaciones en el instituto, contestaba el teléfono cada vez que le ofrecían formar parte de un programa: "No das por sentado nada. Debes apreciar cada momento", señaló en una entrevista previa a su llegada en la NBA. Con los Cardinals disputó dos temporadas y fue en la segunda cuando realmente exhibió todo su potencial. En ella, promedió 15,6 puntos, 4,9 rebotes, 2,7 asistencias y 2,1 robos.

Pese a que muchas franquicias estaban interesados en él, Mitchell no sentía que su juego estuviera listo para dar el salto hacia el profesionalismo. Fueron Chris Paul y Paul George los que lo convencieron de lo contrario: "En un campus de entrenamiento, me dijeron que mi juego y mi defensa estaban bien. Eso cambió mi mentalidad y me hizo pensar que quizás estaba preparado para la NBA".

Eventualmente, se declaró elegible para el Draft de 2017. Había trabajado con Charlotte Hornetts, Sacramento Kings, Indiana Pacers y el Jazz, pero Adam Silver mencionó su nombre junto al de los Denver Nuggets en el puesto trece. Esa confusión se terminó cuando, camino al escenario, le avisaron que había sido traspasado a Utah. El que era su equipo favorito lo adoptó como su nuevo líder y, poco a poco, el niño que quería ser pitcher se transformó en una verdadera estrella de la competencia. Un anotador nato, capaz de dominar el juego a placer en el costado ofensivo y listo para evolucionar su defensa. El futuro es brillante para Donovan Mitchell, pero es su pasado el que lo forjó para ser quien hoy es.

Leandro Carranza | [email protected]
En Twitter: @basquetplus | En Twitter: @leocarranza99

 

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