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La final que está a punto de disputar La Unión es algo histórico dentro de la Liga, el equipo del norte argentino ha logrado superar una serie de pruebas tremendas y en lo que ha sido un año sorpresivo terminó metiéndose en la lucha directa por el título. Sin lugar a dudas hablamos de una campaña para admirar, llegando a su primera final de Liga.

Los formoseños terminaron la fase regular en el 2° puesto del Norte, siendo algo dignísimo dentro de una conferencia que no dio tregua en ningún momento y consiguiendo el valorable objetivo de clasificarse directo a las semifinales del Norte. Lo definieron en la última fecha sí, pero el año que ha tenido sin dudas potenció un rendimiento que luego siguió creciendo en los playoffs bajando a dos pesados como Regatas (que venía inspirado en la postemporada tras eliminar a Quimsa) y Olímpico (quizá el gran favorito, con un plantel rico, experimentado y habiendo sido claramente el mejor de la regular).

Es que lo de La Unión tiene méritos en que logró levantarse de un arranque de Liga complicadísimo, cuando arrancó con un muy pobre récord de 3-11 que lo sumergió en el fondo de la tabla. Sin embargo después del partido contra Libertad, jugado el 17 de noviembre en Sunchales, el equipo repuntó y desde ahí gestó una remontada bárbara. Se sacó una mochila pesada, ese momento bisagra se dio justo con un cambio de extranjeros (llegaron Torin Francis y Shaun Green) pero a pesar del clave aporte de los foráneos sin dudas que los grandes protagonistas fueron los nacionales.

Se empezó a ver otra versión del equipo, más solidario, aceitado, con jugadores entendiendo a la perfección su rol dentro del equipo y castigando con sus características más letales: defensa rígida y correr en el contragolpe. Esa velocidad fue su llave, aunque siempre fue la idea de equipo en mente que manejó su entrenador Guillermo Narvarte.

Así La Unión mejoró de un momento a otro y metió una racha de 14-2 (hasta finales de enero) para reposicionarse, entrando más fuerte en la pelea de los de arriba. Su 2016, tras el reinicio de la competencia por el receso navideño, lo dejó como uno de los equipos con mejores desempeños de esta última etapa, siempre debatiéndose en los primeros puestos del Norte y asentándose como grupo. Nunca más tuvo un bajó, sino que fue evolucionando y elevando la vara.

Por otro lado le tocó pasar otra una serie de obstáculos, tanto en cuestiones personales (como lo sucedido en el entorno de Alexis Elsener o lo de Facundo Piñero) como también en temas deportivos (lo más duro en este aspecto fue la salida del rendidor Green, que se alejó del equipo). Lejos de verse mermado por sus problemas, La Unión salió fortalecido y se potenció cada vez más, en un gran despliegue en los playoffs que ahora lo llevó a estas finales de Liga donde quiere seguir edificando su gran año.

LA CAMPAÑA DE LA UNION