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Devin Robinson se declaró elegible para el Draft de 2017, pero no fue seleccionado por ninguna franquicia en primera instancia. Posteriormente, recibió una invitación por parte de los Wizards para formar parte de la Summer League de las Vegas, torneo en el que promedió 3.4 puntos, 5 rebotes y 1.2 tapones. El alero de 24 años y 2.03 metros no fue fichado inmediatamente, pero la buena sensación que había provocado le permitió firmar un contrato dual con el equipo de Washington en julio del año pasado.

En la temporada 2018/19 disputó siete encuentros de la NBA con los Wizards, en los que totalizó una media de 6.7 puntos, 2.9 rebotes y 0.9 tapones, en 13.6 minutos en cancha. Con los Capitals (la filial de la franquicia en la G-League) sí llegó a ocupar un rol preponderante: 19.9 puntos y 8.2 rebotes en 20 partidos disputados. Su biotipo y capacidad atlética permitían que, poco a poco, estuviera ganándose un lugar.

Pero todo eso se terminó este fin de semana. Robinson participó de una cena de equipo con el resto de sus compañeros de los Wizards, a modo de darle un cierre definitivo a la temporada tras haberse quedado afuera de los playoffs. Luego de la misma, el alero fue protagonista de una pelea, ni más ni menos que con Jalen Mills, el esquinero de los Philadelphia Eagles en la NFL. Según fuentes oficiales, ambos atletas fueron arrestados y la peor parte se la lleva el jugador de la NBA, quien tuvo que ser hospitalizado tras la golpiza.

"Estamos al tanto del incidente y estamos muy descontentos con Devin y sus acciones. No extenderemos la oferta cualificada para la temporada 2019-2020", fue el lapidario comunicado de los Washington Wizards.