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En Madrid, el ambiente del básquetbol no habla de otra cosa desde hace tiempo, pero más todavía desde que el fútbol perdió la chance única de jugar una final de Europa, la Champions, al fútbol. Ocurrió hace apenas dos días su eliminación y todavía duele, por eso el básquetbol pasó a tener aspecto de revancha.

Pero en la previa, había un partido. Otro. El millonario CSKA ante el milagroso Olympiacos. Y los pronósticos, obviamente, daban a los rusos como claros favoritos. Estrellas a montones, presupuesto gigante, jugadores hasta de más. Los griegos, con dos figuras centrales: Spanoulis y Printezis. Más un gran entrenador y un plantel con todo para ganar y nada para perder.

El juego se movió siempre para el lado que quiso Olympiacos. Los rusos nunca pudieron capitalizar su abundante juego interior (poco peso de Kirilenko), aunque la desventaja era que la muñeca de Spanoulis no funcionaba. Dos puntos apenas en la primera mitad.

Claro que tampoco estaba Teodosic en forma, como ya le pasó en otros partidos clave de su carrera. Ambos tendrían, sin embargo, su momento en el juego. 

CSKA tomó alguna ventaja a partir del buen ingreso de Jackson y la puntería de De Colo, refrendada del otro lado por Printezis, el único que se mostraba efectivo en ataque. Mucho pick and roll central, mucha penetración y descarga, no muchos pases.

Tras la primera mitad, favorable a los rusos 36-35, llegó un tercer cuarto que mostró por momentos al CSKA superior, pero sin poder quebrarlo. Iremos directo al final del período, donde empezó otro partido.

Teodosic marcó sus primeros puntos en la última jugada del cuarto, para poner al CSKA 51-47 arriba, y siguió su racha en el arranque del último, con 6 puntos más, para darle 8 de luz a los rusos. Spanoulis seguía ausente.

Con el resultado 61-52, Petway cometió falta en ataque. Faltaban menos de 4 minutos y el juego parecía que se les iba. Pero Spanoulis no tenía la misma idea. El tablero mostraba 63-54 y Vassilis clavó su primera bomba de alerta: 63-57. 

CSKA se asustó, se obnubiló y perdió el control. En ataque buscó tiros forzados, perdió algunos balones y Olympiacos se vino. Otra bomba de Spanoulis, tras un par de recuperos griegos, puso al Olympiacos al frente 64-63 a 2 minutos del final. CSKA no podía con sus fantasmas.

Luego de libres por ambos lados y un golazo de Weems, el juego quedó 66-66 a 31 segundos del cierre. La bola, claro, fue para Spanoulis. Y el base, el mejor de todos, terminó lanzando un triple descomunal que, a 10 segundos, le dio una ventaja clave de 3 (69-66). 

CSKA fue a la línea, cortó luego a Sloukas y, tras tirar 1/2 el base, tuvo la última, pero se enredó tanto que ni siquiera llegó a tomar un lanzamiento. Victoria del Olympiacos 70-68, milagro consumado y a la final de la Euroliga. Spanoulis terminó con 13 puntos, 11 en los 4 minutos finales.

Fabián García (Enviado especial a Madrid, España)
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