Selección

Hernández a fondo: una charla para hablar de todo

09:06 21/01/2015 | El Oveja asumió este martes como entrenador de la selección por segunda vez y Básquet Plus tuvo la posibilidad de conversar con él de todo, como nos gusta.

Hernández y una imagen clásica (ligateunafoto.com)

Te noto muy sensible con el tema de la Selección, ¿puede ser?

 

La Selección siempre me despertó mi lado sensible. Es una mezcla de tu trabajo con tu país, es lo máximo. Yo no estoy de acuerdo con eso de que cuando vos estás en la Selección no representás a nadie. Sí, porque la Selección no es tuya. No te podés adjudicar estar ahí porque sos el que tiene el talento, o el que tiene que estar... no, hay otros que tienen tanto o más talento y cualidades que vos. O no, pero que no por eso no son la Selección. Yo sí creo estar representando al país y a mi estamento, de alguna manera. La Selección me genera eso. Al que no se le puso la piel de gallina cantando el himno, viendo la bandera o en China, escuchando un grupo de argentinos gritando por vos, yo no lo entiendo.

 

Te lo decía porque desde el 2010 tuviste algunas actitudes que yo no esperaba tanto de vos. Tu personaje tiende a hacerle creer al otro que sos o más frío o menos sensible de lo que sos realmente. Punto uno, como viviste los Juegos Olímpico. Segundo, te vi con una pasión desbordada al vivir el Mundial de afuera. Con una desesperación de estar adentro conmovedora. Yo no pensé que la ibas a extrañar tanto a la Selección.

 

No se si de extrañarla. Sinceramente no moría por volver. Me encanta venir y que me hayan elegido a mi, pero no hubiese promovida de mi cuenta una vuelta. Y eso que no me viste en el Preolímpico de Mar del Plata. Para que te des una idea, el triple que tira Barea yo lo vi en el VIP del Polideportivo, sólo. Ya no tenía más cuerpo para verlo de afuera. Cuando veo jugar a la Selección de afuera, es como ir al lado del asiento de alguien que maneja a 270 kilómetros por hora. Cerrás los ojos y decís que sea lo que Dios quiera. No podés hacer nada. Cuando vos estás acostumbrado a poder hacer algo, a esa tranquilidad que te da la toma de decisiones, es una cosa. Pero cuando te sacan del otro lado y deseas tanto que gane tal equipo, sufrís. Sufrís, disfrutás...

 

¿Pero no te sorprendiste un poco vos mismo también sintiéndote así? Porque le agrego el tercer punto, tuviste muchas chances de dirigir otras selecciones.

 

Las dirigiría quizás el día de mañana. Pero no tendría nada que ver con lo que dije en la conferencia de porque tomo la Selección Argentina. No tendría nada ver, sería sólo por un proyecto de crecimiento profesional y económico. No me emocionaría cantando el himno de otro país. Respetaría y todo, pero no.

 

Podrías quizás hacer lo de Rubén, pero no más que eso.

 

Si, rechazé todas las que tuve. Pero no digo que no en el futuro. Uno no puede decir que no a estas cosas. La Selección Argentina tiene un condimiento muy especial. Yo soy igual sensible y pasional, más allá de que mi profesión me llevó a tener que cubrirme y vivir más racionalmente.

 

Igual no es lo mismo sensible que pasional. Pasional está claro que siempre fuiste...

 

Históricamente la Selección me despertó sensibilidad. Siempre.

 

En la conferencia te preguntaba por el pasar 17 años con tres entrenadores y que yo lo veía como algo recontra positivo y que tiene que ver con los resultados que se consiguieron. Por ahí los ojos están demasiado puestos sobre los jugadores y poco en esa parte.

 

Es normal. Hay excepciones, un San Antonio Spurs con Popovich. En los demás equipos generalmente la fusta la llevan los jugadores y es lo correcto. Yo lo agregaría a Vecchio también, que fue el que empezó con esta idea de "vamos a...", "tenemos que...". Heredó Magnano, después Julio heredó de Rubén. Yo heredé de Julio, después Julio vuelve a heredar de mi. Nadie abandonó el ADN de esto. El decir además de la presencia de Sconochini, de Oberto, de Ginóbili, qué nos llevó a hacer cosas tan grosas. La generosidad, crear una identidad como equipo, ser respetuoso de las reglas, el compromiso por la causa y todo eso volcado a la ciencia del juego. La convicción a través de la ensayos de prueba y error de que sí hacías las cosas bien a nivel colectivo crecían las individualidades.

 

Compartís a esta altura que hay una escuela argentina.

 

Definitivamente la hay. Y está queriendo ser emulada por muchos paises. El jugador argentino tiene esa tendencia. Porque además ya el jugador de la Liga es así. Ya sabe que sí genera un desequilibrio y da el pase en el momento justo y juega con pases extras...

 

¿Eso no nació en la Selección?

 

Sí entre comillas. Nació en la Selección pero a partir que nuestros jugadores se pulieron en otro nivel en el cual la exigencia es tan grande, que si vos no hacés eso, no jugás, no mejorás. Si no aprendés a jugar sin la pelota, a pasarla en el momento que la tenés que pasar, si no jugás colectivamente, en los mejores equipos de Europa, no jugás. Y después volcaron eso y agarraron un entrenador también con una idea de un básquet de alta competencia, como era Rubén, la combinaron y salió lo que salió. Hoy uno de nuestros grandes problemas, por más que tengamos una Liga espectacular como la argentina, no tenemos roce internacional porque nuestros jugadores no están afuera. No tenemos ese salto de calidad. Esa posgrado que teníamos antes. Pero a contrapartida ya tenemos la escuela de la Selección. Ya no necesitamos que los jugadores nos muestren el camino, ya el que entra sabe que tiene que jugar de determinada manera, por varias razones. Ya es una identidad, una marca registrada. Ya no se considera una Selección abriéndose todos y jugando al 1 contra 1, como hacen algunos otros. O que venga un jugador y diga que si no juega 30 minutos no juego. Si no tiro 20 tiros no juego. No hay lugar en la Selección para esas cosas.

 

Me imagino que el proceso fue corto entre que te llamó Susbielles a hoy. ¿Qué te pasó en ese rato?

 

Me llamó Susbielles, me preguntó donde estaba y le dije que en Mar del Plata, que al otro día me iba a Olavarría. Y me dijo, tal día voy para Olavarría con Juan Espil a hablar con vos. Obviamente me imaginé, llamé a mi representante (Villanueva) y le dije que me venían a ofrecer tal equipo. A partir de ahí hablé algunas cosas con Claudio pero no quería hablarlo con mucha gente más, porque era sólo una posibilidad. Porque a la vez todos sabemos que Fede se estaba nutriendo de diferentes personas para recaudar información para su gestión. Hablé con mi familia, mis hijos ya entienden del tema. Vinieron y estuvimos seis horas hablando. A mi no me gusta esto de decir no se con la Selección. Con los clubes capaz sí porque esperás un par de semanas y le sacás diez pesos más. Yo les pregunté porque me venían a buscar a mi y segundo, mis condiciones: elección del cuerpo técnico, de los jugadores, cosas básicas. Se acepta eso y lo económico en la Selección se arregla, además ya no era un tema mio. En dos días ya estábamos con la decisión tomada.

 

¿Dudas no?

 

Sí, ¿me meto en esta locura o no me meto? Y bueno, me meto. La Selección es estresante.

 

¿Esta es más o menos estresante?

 

Mucho menos. Antes tenía más personal, teníamos a la Generación Dorada joven, nueva. Pero también nosotros perdimos en Japón con España con el último tiro de Nocioni, contra el campeón del Mundo, y cuando llegue a Ezeiza tenía periodistas de todos los medios preguntándome por el fracaso argentino. Hoy diríamos ojalá tengamos un fracaso así todos los días. Son diferentes realidades y momentos. Yo lo que sí estaba convencido de que una de las cosas que me llevó a decir que sí, es que para mi, si yo tuviera que elegir en lugar de Susbielles y de Espil, hoy elegía un entrenador con experiencia. Hoy. Lo que hicieron ellos: hasta el 2016 por lo menos. Después puede ser otra cosa. Me parece que después va a ser momento, no digo de alguien joven, porque ¿qué es la juventud en esto? Yo tengo 51 años y Popovich entró a San Antonio con 50. El tema es que acá parece que un entrenador de 50 años es viejo. Pero en el Mundo de la alta competencia, si tenés 50 años sos joven. Pero sí creo que a partir del 2016 debe haber alguien que empiece un proceso nuevo. Pero creo que de acá a Río, si es que se llega, es un momento para la aprovechar la experiencia. Por lo menos que el entrenador en jefe sea alguien con conocimiento de la internacional, del manejo de grupo a este nivel, con cierta espalda para soportar cosas que pueden ser duras para un entrenador nuevo. En meses nos estamos jugando la cabeza para entrar a los Juegos Olímpicos.

 

¿Qué análisis hacés de Monterrey?

 

El análisis que yo hago está basado en lo que son para mi las expectativas reales: Argentina tiene que ir, no importa que equipo lleve, tiene que ir a competir con la cabeza en la clasificación entre los dos primeros. No digo esto para que los demás digan mentalidad ganadora. Si yo dirigiera a otro país, que no considero tenga esas chances, no se lo diría. Estaría jugando con la frustración de entrada. Si yo dirigiera otro país manejaría las expectativas en función del cuarto o quinto lugar del torneo, para ir a un posible repechaje. Y no de un primero o segundo lugar. Argentina tiene posibilidades concretas. Con un Brasil que no se sabe si va o va con un equipo B... si en esas condiciones no tenés expectativas de meterte entre los dos primeros, no estaríamos hablando de un recambio generacional, sino de un agujero negro que no existe. Sí hay que empezar de nuevo, con una generación nueva. Pero así y todo, tenemos que tener la mentalidad de clasificar a Río y lo puede hacer.

 

El abanico es tan grande después de lo que pasó en el Mundial, desde los que sueñan que vuelva Manu, los que quieren que siga el Chapu, Herrmann, Prigioni. Y después los que piensan que vamos a tener que ir con el equipo joven, más Scola.

 

No tengo una posición todavía tomada al respecto. Yo lo que quiero ser claro es que puede ir un equipo joven, bajando las posibilidades de clasificar, porque tu objetivo es otro. Podés, siempre y cuando tengas esos jóvenes y estés convencindo de que tienen una proyección, con un margen de error de 1% para ser jugadores de alto nivel internacional. Algunos jóvenes de esos hay. Algunos... no tantos como nosotros creemos. Entonces hay que analizar la situación. No llevo a este veterano que me va a ayudar a ganar, pero sí llevo a este joven, que por más que yo le haga jugar cuatro torneos, con 40 minutos por partido, este joven es lo que es. No se va a convertir. ¿Entonces que hago, ni proyecto ni gano? Ahora, si tenés a alguien que si juega 40 minutos, en dos años te mete en las semifinales de cualquier torneo, bueno vamos. No es tan fácil elegir si jugamos con los viejos o con los jóvenes. Hay que ver quienes son los viejos y quienes son los jóvenes. ¿El viejo es Ginóbili que dice que sí o soy yo que quiero jugar? Son casos diferentes. Hay que ver. La idea es competir y desarrollar a la vez. El equilibrio sería lo ideal. Si no lo tenemos, tenemos que tirar para un lado o para el otro.

 

¿Cuán valioso es para vos el hecho de entrar a Brasil? Porque antes hablabas de la espalda y parte de la espalda es también para la posibilidad de quedarnos afuera, llegado el caso.

 

La espalda es para eso. La medalla se la cuelga cualquiera. Aunque en realidad no es cualquiera, a veces la medalla pesa mucho y te tira para el otro lado. Yo no digo que tengo la espalda de Popovich, pero en Argentina somos cuatro o cinco entrenadores los que nos podemos bancar que nos pegue la posibilidad concreta de no clasificar. Y ni siquiera estoy imaginando la no clasificación. Yo lo que digo es: el equipo tiene que competir para clasificar. No puede ir pensando que no importa clasificar o que lo importante es el 2019. Hay que ver las dos cosas. Argentina puede hacer las dos cosas. Puede jugar para clasificar y a la ves no perder lo importante que es el desarrollo de los jugadores de acá a los próximos seis o siete años. Argentina puede, manteniendo una mentalidad positiva, clasificar directo a los Juegos Olímpicos.

 

¿Tenés en tu cabeza la preparación, con todo este problema que hay con las fechas de la Liga, del Panamericano y de Monterrey?

 

No, por eso tengo un cuerpo técnico bastante variado. Espero que no lleguemos todos a la final. Pero calculo que los primeros días de julio el grupo va a estar entrenando. Va a haber una fecha de inicio de entrenamiento que trataremos sea lo más coherente posible, y si faltan dos jugadores y uno del cuerpo técnico, se lo esperará. Ahora, no vamos a poner una fecha demasiado temprana, que falte medio equipo y tres entrenadores, porque sería un papelón.

 

Fabián García / [email protected]

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