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No sólo los números avalan a Howard Wilkerson en Atenas. A los 20 puntos y 11 rebotes que consiguió en la victoria sobre Deportivo Viedma hubo que agregarle la aparición cuando las papas quemaban. Primero anotó el 2+1 y luego tapó a Ambrosino en defensa para que el Griego ganara 76 a 75.

El resultado positivo llegó como agua en el desierto para el conjunto de Carmen de Patagones, que venía de perder seis al hilo. “Fue un partido muy importante para nosotros. Necesitábamos una victoria para levantar y lo conseguimos en un juego duro”, dijo el jugador formado en la Universidad de Wofford.

“Creo que la clave del partido fue la forma que jugamos el pick and roll”, explicó. A lo que añadió: “En el segundo tiempo Guillermo (Bogliacino) nos pidió que hiciéramos repick cuando ellos iban fuerte al step y eso nos dio una ventaja. En algunas situaciones quedé solo y en otras los tiradores. Ese cambio que tuvimos en ataque dio vuelta el juego”.

Antes del partido la situación era adversa para el Griego maragato. Había perdido seis de manera consecutiva, cinco de ellos fuera de su casa. A pesar de la mala racha, Wilkerson comentó que en el plantel nunca se bajó la cabeza: “Siempre tuvimos confianza. Sabemos que tenemos buenos jugadores sólo que estábamos en un mal momento. Lo único que no se nos daba era ganar. Esos seis juegos que perdimos al hilo se fueron haciendo una carga porque en muchos de ellos estuvimos ahí. Tuvimos un par de errores y fallamos tiros en los momentos claves”.

“Esto nos da una nueva vida. Ahora que ganamos un partido cerrado como este creo que podemos continuar por esta senda de buen juego y resultados favorables”, añadió respecto al triunfo en el derby.

Si bien llegó con la temporada empezada, Howard se transformó rápidamente en un referente dentro y fuera de la cancha. Gran parte de eso se debe a la buena química que hay en Atenas: “Me siento muy bien. Me llevo bien con todos mis compañeros. Tengo confianza en ellos y ellos en mí. Desde el primer día que estoy acá todo ha sido muy bueno. Es un gran grupo de personas y jugadores. El cuerpo técnico también es bueno, me explican lo que quieren de mí y saben de básquet”.

Nacido en Eden, una ciudad de 15 mil habitantes de North Carolina, se siente identificado con Patagones. Por el trato de la gente y su calma, está contento en la Comarca: “No puedo decir nada malo de la ciudad ni de los dirigentes del club. Se han portado muy bien conmigo. Siempre tratan de darme todo lo que necesito lo más rápido posible. Y la ciudad es muy agradable. Es chica y tranquila, me hace acordar a la ciudad donde crecí en Estados Unidos”.