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Estudiantes edificó una fortaleza en su casa, que defiende con energía y buen básquet, pero ahora busca sumar victorias de visitante. Ayer se llevó, sobre el final, el triunfo de la casa de Peñarol. Sobre el juego, las dificultades iniciales y el tiro ganador, dialogamos con Eduardo Japez, entrenador de Estudiantes.

¿Qué análisis hacés del partido?
. Está claro que lo manejaron ellos con un dominio absoluto durante todo el tiempo, nosotros pasamos al frente en el cierre. Nos manejaron el partido principalmente en el 1C, que en definitiva fue lo que marcó la diferencia y el rumbo. Nos hicieron 25 puntos y nosotros no trabajamos a eso. En los otros cuartos nos equilibramos y bajamos el goleo de ellos.

¿Los sorprendió la verticalidad de Vaulet en el inicio del partido?
. Esos primeros 25 puntos tienen que ver con esa verticalidad de Vaulet de la que hablás y por la que nos hizo 12 puntos en el primer cuarto, que es mucho, desde sus penetraciones y situaciones de poste bajo. Después lo pudimos corregir con la marcha de Pedro Chourio, que fue distinta porque se le hicieron algunos retoques con respecto a esa verticalidad que mostraba Vaulet.

¿Dónde estuvo la clave para remontar la diferencia?
. La clave estuvo en lo que nosotros pudimos defender. Porque estábamos defendiendo muy bien y ofensivamente no estábamos produciendo porque íbamos por el camino incorrecto, que era en uno o dos pases ejecutar el tiro. Hasta que nos encontramos con esos 50 segundos finales que el equipo nunca se dio por vencido. Estudiantes de Concordia jamás se da por vencido y ya lo viene demostrando. Tuvimos la última bola y la supimos aprovechar

¿Qué podés decir del tiro de Vildoza? No le tembló el pulso en un momento así.
. Está claro que no le tembló el pulso en ningún momento y no fue un tiro de apresuramiento. Ambrosino cachetea la pelota, que fue tremendo, y nos garantiza el rebote; y le da el tiempo suficiente a Vildoza para tomar lectura de que Gianella venía al vuelo para taparlo y lo hace pasar de largo con una buena finta. Se desprende del tiro, vi la parábola y la vi siempre adentro. Está claro que fue un tiro no de apresuramiento sino con conciencia absoluta para ganar el juego.
Iván G. Furman / [email protected]
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