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Kobe Bryant amaba los desafíos. Era tan extremista es un deseo de ganar que era una especie de adicción. Quería ser el mejor y demostrárselo a todos. Desde un entrenamiento a las cuatro de la madrugada hasta un enfrentamiento en un partido, el escolta era un obsesivo de la victoria, un perfeccionista de la vida.  

Una de sus víctimas en Los Angeles Lakers fue Tony Gaffney,. Resulta que el mencionado era conocido como un especialista defensivo antes de llegar a la franquicia de California. Sin embargo, al llegar al equipo Kobe preguntó: "¿Quién es este? Por si esto fuera poco Odom le dijo: "A él no le gustan los hijos de puta como vos".  

Minutos después la Mamba Negra se enteró de su reputación y lo tomó de punto. Por semanas jugó contra él partidos de uno contra antes y después de los entrenamientos, inventando con frecuencia nuevas reglas para añadirle dificultad. Su intensidad fue tal que Gaffney nunca pudo ganarle un partido. Además, Tony tuvo que llevarle las valijas por el resto de la temporada.  

"Obviamente, es más fácil decirlo que hacerlo", dijo Gaffney con una sonrisa hace un tiempo en una entrevista en Basketball Insiders. La cosa duró un tiempo, según Tony, quien nunca pudo atacar: "Durante unas tres semanas seguidas, me vi obligado a aparecer horas antes de los entrenamientos para jugar partidos de uno contra uno contra Kobe". 

Ni siquiera podía ganarle en llegar más temprano a los entrenamientos. "No importaba la hora a la que llegaba, Kobe siempre estaba practicando, con tres remeras ya transpiradas", comentó el pobre Tony. ¿Lo positivo? Desarrolló una sólida relación con Kobe, quien lo respetó por aceptar el reto y no echarse atrás en ninguna ocasión.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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