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Si se divide la carrera de Kobe Bryant por sus dorsales, los hechos demuestran que la leyenda de Los Angeles Lakers podría haber entrado en el Hall of Fame con cualquiera de ellos: ganó tres títulos y fue ocho veces All-Star con el número 8, mientras que sumó otros dos campeonatos, dos MVP Finals y un MVP de la temporada regular cuando cambió al 24. Pero, más allá de sus logros con cada camiseta, existen varias razones por las que la Mamba Negra decidió utilizarlas.

Durante sus años de secundario en Lower Merion, Kobe adoptó el 33 y el 24 como sus dorsales favoritos. Luego de saltearse el básquet universitario y ser elegido por Charlotte Hornets, fue traspasado a los Lakers. En la franquicia angelina, el primero de esos números había sido retirado en honor a Kareem Abdul-Jabbar y el segundo estaba siendo utilizado por el veterano George McCloud. Entonces, Bryant optó por vestir el 8, una cifra que lo había acompañado durante su infancia en Italia.

En 2006, dos años después de que Shaquille O’Neal fuera traspasado al Miami Heat y que él se transformara en la estrella principal del equipo, decidió que era hora de volver a las fuentes y comenzó a utilizar el 24. Muchos creen que el cambio también formó parte de una renovación marketinera, luego de que una acusación por abuso realizada en 2003 alejara a Coca-Cola y McDonald’s de su grupo de auspiciantes.

Los Lakers retiraron ambas camisetas en 2019 y Kobe se convirtió en el primer jugador en la historia de la NBA con dos dorsales colgadas para siempre en una misma franquicia. Su fallecimiento provocó que muchos de los atletas que hoy forman parte de la liga y que vestían uno de esos números lo reemplazaran por otro. Spencer Dinwiddie, Terrence Ross y Zhaire Smith son algunos de ellos.