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Tras la abrupta salida de Facundo Müller del banco de San Lorenzo, la dirigencia se tuvo que mover rápido para encontrar a su sucesor, y lo hizo. Néstor García se transformó hoy en el nuevo DT del Ciclón, al menos, hasta la finalización de la temporada. García llega a un equipo con aspiraciones altas y que tiene un plantel con algunas caras conocidas para el ex seleccionador de República Dominicana, entre otros.

El primer nombre que se viene a la cabeza es el de Marcos Mata. Se preguntarán de dónde se conocen el DT y el capitán de San Lorenzo y la respuesta es el Sudamericano de 2012, torneo que Argentina ganó de manera invicta y que tuvo justamente a Mata como el líder del equipo en rebotes con 6.8 por partido. Además quedó segundo entre los líderes del certamen detrás del brasilero Augusto de Lima, que terminó promediando 7.2 por juego.

Otro de los que conoce García, un poco más allá en el tiempo y también por una selección, es a Esteban Batista. Al pívot uruguayo lo dirigió en el combinado charrúa en el Sudamericano de 2003 en Montevideo. Batista era bastante joven, tenía 19 años por ese entonces, y no vio muchos minutos de acción pero algo pudo aportar para obtener la medalla de bronce: 4.2 puntos, 2.5 rebotes y 0.5 asistencias en seis juegos disputados.

Hubo un jugador al que tuvo la posibilidad de dirigir por más tiempo que a los dos anteriores y es uno de los que casi le arruina la fiesta en la última final al tetracampeón: Luciano González. El Chuzito y el Che coincidieron durante el último paso del entrenador por el país cuando dirigió a Quimsa de Santiago del Estero. En esa oportunidad, el equipo santiagueño contrató a finales de noviembre a García para remplazar a Silvio Santander, técnico campeón de La Liga en la temporada 14/15 con Quimsa. Ese año, González promedió 10.7 puntos, 2.1 rebotes y 2.1 asistencias y jugó 55 partidos de los cuales en 30 fue titular.

En la primera fase, el equipo quedó tercero en la Conferencia Norte detrás de San Martín y Estudiantes, y no logró clasificar al Súper 4. Ya en la segunda fase el equipo bajó considerablemente su nivel, no se pudo mantener entre los primeros puestos, terminó con récord negativo de 15 victorias y 23 derrotas y quedó a las puertas de los playoffs.