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Con un alto nivel de concentración a lo largo de todo el partido, Libertad vapuleó a Olímpico, superándolo por 88 a 56 en un partido que rápidamente resolvió a su favor frente a un elenco que se mostró apático y sin respuestas.

Para los Tigres, el primer partido en condición de local era especial, toda vez que venía de perder dos partidos ajustados en la gira cordobesa. Sin embargo de movida quedó en claro por dónde pasaba el planteo de un equipo intenso, aguerrido que atacó en todo momento a su rival sin dejarlo reaccionar en ningún momento.

La imagen de la noche la conformó desde el banco Sebastián Saborido, quien durante casi todo el cuarto final le dio minutos a los juveniles aurinegros, quienes demostraron estar también en la elite del básquet nacional a la altura de las circunstancias, repitiendo aquellos excelentes rendimientos en la Liga Argentina.

Del partido poco es lo que se puede analizar, toda vez que en la primera mitad los locales machacaron con 25/13 y 22/12, haciendo gran parte del trabajo con rapidez. En el complemento, cuando se esperaba una reacción de la visita, la cosa no prosperó más allá de la paridad en 16 puntos por ambos elencos… allí se terminó todo, los últimos diez minutos, fueron otra vez para Libertad, que demolió con sus pibes sacando en todo momento 30 puntos de diferencia.

Así se llegó a un final tranquilo, que sirvió para que la gente aplauda a los jugadores que sabían de antemano que ya tenían su primer triunfo en el bolsillo. Solo era cuestión de esperar el cierre del partido, el cual llegó con el inapelable 88-56. Ahora, a descansar y pensar en el martes, donde volverá a ser local ante Quimsa de Santiago.