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Golden State superó sin atenuantes 136-100 a San Antonio. Todo el desarrollo del juego fue perfecto para los Warriors dirigidos por Mike Brown (por la ausencia de Steve Kerr). Sin embargo, el entrenador tuvo una previa al partido muy agitada y rozando lo cómico. Resulta que el discípulo de Gregg Popovich estaba llegando al Oracle Arena con cierta demora y el tráfico no hacía más que seguir retrásandolo. Por esta razón, cuando vio que pasaba a su lado el colectivo que trasladaba a los Spurs no lo dudó: se posición por detrás del mismo para evitar así los semáforos y llegar a tiempo.

Ante esa situación, la reacción de la policía que escoltaba al plantel de San Antonio no fue la mejor, tal como lo explicó el propio Brown tras el partido: "De repente apareció un policía y me dijo que parara y yo estaba como 'soy el actual entrenador de los Warriors', pero igualmente me dijo que parara". 

"No iba a dejar que me hicieran bullying en mi propia cancha, así que continué pero rápidamente apareció un segundo policía y fue vehemente: 'ya lo escuchaste, detente", continuó relatando Brown, quien tuvo que dejar que el colectivo siguiera su camino.

Pero ahí no terminó su aventura, ya que pocos instantes después recibió una llamada de un tal Gregg Popovich: "Atendí la llamada y Pop se estaba muriendo de la risa". Sin embargo, como dice el dicho popular, el que ríe último ríe mejor.