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A lo largo de la historia, los Milwaukee Bucks se han hecho especialistas en hacer de verdugos. En la 1971-72, cortaron la racha más larga de victorias de la historia (33) venciendo a los Lakers, mientras que este sábado hicieron lo mismo con el mejor arranque de todos los tiempos, perteneciente a Golden State.

Los Warriors pagaron caro el doble tiempo suplementario por el que tuvieron que pasar en Boston y estuvieron lejos de su mejor versión. Curry y Thompson se combinaron para apenas 4 de 15 en triples, sufriendo ante la versatilidad y longitud de los defensores de Milwaukee.

El partido empezó a toda orquesta, con un Curry encendido (13 en el primer cuarto). Sin embargo, de la mano del tridente Mayo-Middleton-Monroe, los Bucks le mantenían el ritmo a su rival y se llevaron el primer cuarto por 30 a 28.

Las verdaderas diferencias del encuentro iban a empezar a verse desde el segundo período: ahora el que se encendió fue el griego Giannis Antetokounmpo, quien acumuló 9 puntos, 5 asistencias y 4 rebotes en los segundos 12 minutos. Su aporte fue fundamental y aprovechando un bajón ofensivo de su rival, el dueño de casa extendió la ventaja a 11: 59-48.

La alarma para los Bucks se encendió en el tercer parcial, cuando los Warriors empezaron a mostrar parte de su arsenal habitual. Los hoy dirigidos por Luke Walton apretaron las tuercas en defensa y rompieron gran parte de la brecha: 80-77.

La sensación era que Milwaukee había dejado pasar su chance y que en un escenario cerrado, eran los californianos quienes prevalecerían. Sin embargo, poco de esto pasó. Entre Carter-Williams y Monroe cargaron con el ataque local y acabaron por abrir un juego que parecía iba a definirse en el cierre. El final fue de 108-95, en una victoria que para los de Kidd vale tanto como una de postemporada.

Greg Monroe fue la figura del ganador, terminando con 28 puntos y 11 rebotes. Jabari Parker aportó 19, OJ Mayo 18 y Michael Carter-Williams 17. Por los Warriors, no alcanzaron 28 de Steph Curry ni los 24 de Draymond Green.