Mi club de Barrio / José Vildoza

Vildoza: "Todo lo que soy es gracias a lo que me dio la vida de club"

20:04 30/01/2017 | José Vildoza, el base que revoluciona y lidera Libertad, habló de la importancia que ha tenido su club de origen, Barrio Maipú, en su desarrollo.

Vildoza y Maipú, un amor puro y genuino (foto: archivo Germán Ruiz)
José Vildoza tiene una historia muy particular que lo liga a Barrio Maipú de Córdoba. El joven base de Libertad, uno de los proyectos más exquisitos que tiene el básquet argentino y que a cada momento está confirmando su rica realidad, adquirió una mayor vidriera desde que el club santafesino puso sus ojos en él para llevárselo con tan solo 15 años. No obstante, antes de ese reclutamiento de los Tigres, el cordobés de 21 años registra un pasado que siempre lleva presente: su etapa en Maipú.
 
Como lo relata él mismo, Vildoza tiene un vínculo inquebrantable con Maipú. Allí aprendió todo, teniendo en cuenta que pisó por primera vez el club a los 5 años y allí se mantuvo durante una década antes de mudarse a Sunchales. En ese periodo no solo se formó basquetbolísticamente con su talento innato y prodigioso, sino que también fue desarrollando valores más fuertes, ideales que lo transformaron en la persona que hoy es.
 
En diálogo con Básquet Plus y en una nueva entrega de Mi Club de Barrio, Vildoza recordó lo que fueron esos primeros pasos en Maipú y el fundamental contacto con la vida de club. Su juventud le permite tener recuerdos intensos y claros, aunque en sus palabras se puede notar que todo lo vivido en aquel lugar es algo que nunca olvidará y que siempre tendrá presente.
 
- Hoy parece no ser tan frecuente tener lazos tan fuertes como el que vos tenés con Maipú. ¿Qué significa el club para vos?
. Ni hablar que es así, Maipú me dio un montón de cosas. El club siempre fue como mi casa, me quedaba a la vuelta. Desde muy chico prácticamente vivía en el club, todos mis amigos son de ahí y me la pasaba días enteros jugando y llevando esa vida de club. Maipú es algo muy importante en mi vida, y de hecho ahora cada vez que voy para mi casa paso siempre por el club, sigo yendo a tirar al aro, me junto con mis amigos y todo.
 
- ¿Qué te dio?
. Me inculcó valores que hoy en día me hacen la persona que soy, todo lo que soy es gracias a lo que me dio la vida de club. Me dio muchas enseñanzas de chico. Como estaba todo el día en el club hubo mucha gente que me ayudó y marcó mucho. No solo a lo que son enseñanzas basquetbolísticamente, sino también en temas como el colegio y los valores que me transmitieron. El club me dio todo. Mi familia es muy humilde así que el club también siempre trató de ayudarme en todo, incluso con zapatillas, ropa y todo lo que te imagines. Por eso siempre estoy y voy a estar agradecido con el club, significa mucho para mí.
 
- ¿Cómo era la rutina en ese entonces?
. Me levantaba para irme al colegio a la mañana y cuando volvía a mi casa al mediodía dejaba las cosas y me iba directo al club. Salía a las 12, comía y a la 1 ya estaba en el club. Pensá que todo esto que te cuento lo hice desde los cinco años, y en Maipú estuve hasta los 15 que me llamaron para ir a Libertad, así que lo único que conozco prácticamente es la vida que el club me enseñó.
 
- ¿Algún recuerdo muy fuerte que no se te vaya a borrar?
. Me acuerdo de un montón de cosas, todo lo tengo guardado en mi cabeza. Me acuerdo de la primera vez que me llamaron, que me invitaron a entrenar. Nosotros íbamos a jugar a una plaza que está al lado del club, y los chicos, mis vecinos y amigos, eran más grandes que yo e iban siempre a la plaza para jugar. Ellos ya estaban en el club. Me acuerdo que ese día mi mamá estaba barriendo y escuché que mis amigos le dicen "Che, Ana, lo pasamos a buscar a José y vamos a la plaza". Me llevaron, estábamos jugando al fútbol y entramos al club a tomar agua. Justo estaban entrenando los mosquitos, y un profe me agarró, me preguntó cuántos años tenía y si quería entrenar. Le dije que sí, me quedé a entrenar y ahí me atrapó porque me gustó mucho. Ahí empecé a ir todos los días al club. Mi vieja estaba súper segura con el club y eso también lo agradezco, porque se quedaba tranquila y eso me permitía estar en el club todo el día.
 
- ¿Tu familia tenía algún lazo con el club antes de tu contacto?
. No, a lo sumo iban de vez en cuando a la pileta, pero la verdad es que el primer contacto lo tuve yo. Ese día que entré a tomar agua y me invitaron a quedarme, ese día que entré y me gustó desde el primer momento, ahí fue cuando comenzó todo. Me quedé, desde el momento en el que entré me gustó y me quedé, y ya no pude despegarme más de la vida del club.
 
- Igual en un proceso de diez años dentro de Maipú me imagino que tu familia de alguna u otra forma terminó involucrándose.
. Sí, de hecho hoy en día mi vieja suele ir a ver algunos partidos al club. Ella trabajó de secretaria ahí un par de años, así que imaginate que en ese momento los dos vivíamos dentro del club. En el verano peor, porque como ella estaba de secretaria tenía las llaves así que vivía yéndome al club para tirar al aro. Siempre estuvimos ligados a Maipú. Después, cuando yo me fui haciendo más grande, ella dejó ese cargo pero siguió y sigue yendo al club ya sea para ver partidos o para ayudar cuando se hacen locros o alguna fiesta.
 
- Recién me decías lo de la pileta, ¿Qué otras actividades tenías?
. El club tenía una pileta pero yo no iba nunca, y en ese momento solamente tenía básquet. Ahora, con los años, fue sumando otras cosas y ya tiene voley, un gimnasio para hacer crossfit y demás, pero siempre fue un club de básquet.
 
- A diferencia de otros clubes, afortunadamente en este caso el club creció con el paso del tiempo.
. Sí, por suerte sí, creció bastante. Ahora cambiaron el parquet, porque antes tenía uno normal y ahora tiene el flotante. El club siguió y ahora está bastante lindo.
 
- ¿Y cómo eran esos días dentro de Maipú?
. Y en ese momento cuando me iba para el club tipo 1 a esa hora ya estaba haciendo la cola para ver quién tenía la mejor pelota. No hacíamos nada tan temprano, solamente íbamos a hacer la cola para agarrarnos la mejor pelota. Ahí me quedaba todo el día, desde la 1 hasta las 10 de la noche que entrenaba la primera. Yo veía si podía alcanzar alguna pelota, miraba cómo entrenaban, siempre hacían mucho fundamento. El técnico de la primera en ese momento era el Polo López, y cuando tenía 7-8 años me quedaba siempre mirando los entrenamientos con los fundamentos que daba el Polo, y yo en un costado me agarraba unas zapatillas o conos para imitar todos los trabajos que hacían los de la primera. Me acuerdo también que en el medio de un entrenamiento, eran como las 10 de la noche, todos estaban haciendo fundamentos, a mí se me va la pelota a la cancha y me la sacan, se callaron todos y el Polo me dice cargándome "este pibe no tiene casa, está todo el día acá" (risas). Me dio mucha vergüenza en ese momento. Recuerdos como esos tengo miles.
 
- Y esos recuerdos te marcan, igual que los valores que te dio para la vida.
. Ni hablar. Lo que tomé como aprendizajes de básquet es lo de menos en realidad, porque las enseñanzas que me dio el club fuera de la cancha son impagables. Ya de por sí el club es muy sociable, la gente que circula por ahí son buenas personas, te hacés amigos de todos y de por sí tiene esas características. Por eso yo estoy muy agradecido y sorprendido con todo lo que me dio el club. También tengo que agradecerle mucho a mi vieja que a pesar de la inseguridad general de todos estos tiempos y demás siempre me dejó pasar días enteros dentro del club. Hoy que estoy un poco más grande y pienso un poco más las cosas me doy cuenta de todo lo que aprendí y de lo que me enseñaron. Por eso es obvio que si en algún momento el club necesita de mí yo voy a estar, quiero devolverle todo lo que me dio y colaborar. A veces me piden que vaya a entrenamientos o algún partido y estoy, voy con todo el gusto del mundo. Trato de ayudar al club en lo que sea, como también le pasa a mis amigos que quedaron muy ligados al club y sé que ellos también siempre están para darle una mano. Se hizo una relación inquebrantable con el club. Es una relación de amor, yo al club lo amo y siempre pienso en volver a jugar en el club el día de mañana cuando sea grande. Muchas veces me imagino ese momento, con mis amigos de siempre viéndome.
 
- ¿Podés diferenciar lo que es la vida de club de una vida totalmente alejada a eso?
. Estar relacionado todo el tiempo con gente buena y sana desde chico hace que después de grande, quizá sin darte cuenta, te hacen mejor persona. Pienso que una persona que no hace nada, en el buen sentido lo digo, que no practica ningún deporte o no está relacionada a la vida de club, va a tener cosas diferentes. Lamentablemente hay un montón de cosas de esa vida de club que se fueron perdiendo con el tiempo, antes era mucho más normal pero ahora ya no tanto. Y es una lástima porque yo a veces pienso la infancia que tuve en el barrio, con el club dándome todo lo que te vengo contando, y la verdad es que termina siendo una infancia hermosa. Estaría bárbaro volver a esos tiempos, andar corriendo por las calles, jugando al fútbol en la plaza, ir al club y pasártela todo el día tirando al aro. Es una vida hermosa. A uno que se crió en ese ambiente, viendo cómo está todo hoy con la tecnología y demás, le queda esa sensación de que muchos chicos se están perdiendo una vida que es única y te inculca valores que no aprendés en otro lado.
 
 

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